Concentracion de funciones y nepotismo caracteriza corrupción en sector alimentos

Tres importantes directivos de CVAL y abastos Bicentenario fueron sorprendidos por investigadores policiales, cuando operaban una trama de corrupción dirigida a desviar productos de la cesta básica y venderlos a corporaciones privadas




Víctor Hugo Majano
Cuatro F

Concentración de funciones y fusión de roles de direccion con los de control y supervision, nepotismo y ausencia de procedimientos rutinarios de registro de transacciones se pueden identificar en el caso de peculado que involucra a las maximas autoridades de la Corporacion Venezolana de Alimentos (Cval) y la red de abastos Bicentenario.

Por el caso han sido detenidos y procesados el presidente de Cval, coronel Heber Aguilar Suárez; la presidenta de la Red de Abastos Bicentenario, Bárbara Estela González y la exdirectora de administración de CVAL, Bárbara Figueroa González, involucrados en el desvío de alimentos distribuidos por el Estado a empresas privadas.

El ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, M/G Gustavo González López, explicó que el procedimiento fue ejecutado por el Cuerpo Nacional Contra la Corrupción a través de su policía, el cuerpo de inspectores de la Presidencia, el Sistema de Protección Popular para la Paz (SP3) y el Poder Popular, en el contexto de una acción denominada Operación Gorgojo.

“Por instrucciones del presidente de la República, Nicolás Maduro, el Cuerpo Nacional Contra la Corrupción adelanta investigaciones de cómo esta red legitimaba capitales producto del desvío de bienes, fondos públicos y alimentos del pueblo, hacia redes de comercialización privada, que a través de sus restaurantes, comedores, empresas de servicios y supermercados, expenden estos productos a precios especulativos como parte del sabotaje económico”, precisó.

Los funcionarios involucrados están incursos en la distracción de bienes y fondos públicos, utilización de vehículos oficiales para transportar altas sumas de dinero en efectivo provenientes de ese delito y desvío de alimentos regulados de primera necesidad, destinados a satisfacer la demanda y el consumo de todas las familias venezolanas.

La captura de los tres principales responsables se realizó entre el 25 y el 26 de enero, luego de que dos trabajadores de Cval participaron en un robo a mano armada a un joven en la parroquia La Pastora. Los dos hombres, identificados como Carlos Antonio Saavedra Toro y Ruben Darío Toro Garcia, fueron interceptados por agentes de la Policía Nacional Bolivariana cuando se movilizaban en una camioneta Toyot Hilux propiedad de estatal de alimentos, luego de recibir la denuncia efectuada por la víctima.

En el vehículo se localizaron más de 400 mil bolívares en efectivo, lo que motivó a la directora de administración de CVAL, Bárbara Figueroa, a dirigirse a la sede policial y pedir información. Esto condujo a su aprehensión y a una visita domiciliaria a su vivienda, ubicada en la urbanización El Paraíso, donde se localizó una gran cantidad de dinero estimada en más de 10 millones de bolívares.

El dinero, según lo informado por el Ministerio Público inicialmente, correspondía al producto de las ventas de alimentos realizadas en Caracas como parte de los operativos de Abastecimiento Seguro, y que no habían sido enterados a CVAL.

La situación condujo a detención de los otros dos funcionarios. Cabe mencionar que Figueroa es hija de Bárbara González (la expresidenta de Bicentenario), y había trabajado durante varios años al lado de Aguilar cuando fue directivo de la CVG.

CONCENTRACION DE FUNCIONES

Además de la situación de posible nepotismo, de que madre e hija estuvieran en posiciones de dirección en organizaciones estatales del sector alimenticio, se puede identificar una situación en la que confluyen en González varios cargos con funciones diferenciadas y hasta contradictorias de dirección y de control.

Antes de asumir la presidencia de abastos Bicentenario, Bárbara González, había sido designada en enero como secretaría ejecutiva de la comisión presidencial, Centro Nacional de Balance de Alimentos (CENBAL), a la cual se le había asignado competencias de control y de supervisión para vigilar la reserva de alimentos y otros bienes básicos del país.

Asimismo la comisión recibió la atribución de emitir los Certificados de No Producción Nacional (CNPN) para los rubros agroalimentarios y de ofrecer alertas en caso de una contingencia.

Dichas tareas podían ser contradictorias con las de la presidencia de Bicentenario, la red de abastos, a la  cual también debería haber vigilado para evitar o reducir el congestionamiento y el caos en los procesos de venta.

CORRUPCION COMO BASE DEL CAPITALISMO

La corrupción, refiere el portal web Voz Insurgente, es un mecanismo de acumulación de capital. Por lo tanto ha estado y siempre estará al servicio de las capas dominantes, es decir de la burguesía.

En Venezuela, una parte del empresariado ha utilizado históricamente el fraude contra el fisco como un mecanismo habitual para obtener contratos, permisos y divisas y así garantizar su acceso a la renta petrolera.

En este caso, la trama de corrupción involucra a quienes tuvieron la responsabilidad de ofrecer al pueblo los alimentos de la cesta básica subsidiados para asegurar la satisfacción de sus necesidades. Pero en cambio los pusieron a disposición de empresas comerciales de distribución de alimentos, que se enriquecían gracias al precio subsidiado de los mismos.

Tales actos no sólo constituyen delito, sino que también son decididamente contrarrevolucionarios y atentan contra la posibilidad de desarrollar un modelo productivo humanista que contribuyan con la liquidación del capitalismo y de la explotación.
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