La hoja de ruta vigente (enero 2019) para el derrocamiento del presidente venezolano Nicolás Maduro y la liquidación de la Revolución Bolivariana es similar, casi al calco, a la diseñada y seguida por EEUU y la UE en Libia en 2011. Estos son los elementos que lo demuestran.
1) El gobierno de EEUU a través de una declaración de su secretario de Estado, Mike Pompeo elogió la decisión de la Asamblea Nacional (AN), tomada apenas 48 horas antes, de crear un fondo de recuperación de activos producto de la corrupción, cuyo real objetivo es bloquear los recursos financieros de la República en el exterior.
En el caso de Libia el bloqueo de cuentas se realizó entre finales de febrero y principios marzo de 2011 por parte de los países de la Unión Europea y los Estados Unidos, en el inicio del conflicto que derivó en guerra civil.
2) Como en el caso de Libia el objetivo no era solamente el derrocamiento de Gadafi como jefe de Estado y de Gobierno, sino garantizar el fin del modelo institucional instaurado con la Revolución Verde. Por eso una de las primeras acciones del bloque opositor libio fue la creación de un Consejo Nacional de Transición para conducir el desmantelamiento de la institucionalidad.
Es exactamente lo mismo que se pretende hacer en Venezuela con la llamada Ley de Transición que fue presentada para su aprobación en AN, y que crea una estructura con el mismo nombre usado en Libia: Consejo Nacional para la Transición Democrática.
Obsérvese que no parece haber apuro en "tomar posesión" de la Presidencia (y seguir la ruta de convocar a elecciones) sino que el propósito es consolidar una nueva institucionalidad o en todo caso destruir la existente.
3) Como con Gadafi uno de los objetivos medulares era su supuesta captura para ser presentado ante la Corte Penal Internacional (CPI). Para ello era necesario hacerle perder su investidura presidencial que garantizaba su inmunidad y convertirlo en un prófugo de la justicia penal internacional. Justamente eso es el fin de la declaratoria de ilegitimidad y el no reconocimiento de la toma de posesión.
4) Para cerrar un escenario como el de Libia en febrero de 2011 sólo falta un elemento que sirva de detonante para la confrontación violenta. Allá fueron las protestas del 15 y 16 de febrero de 2011 que estallaron en Bengasi (segunda ciudad del país) tras la falsa noticia de un incendio en una prisión de la capital, Trípoli. Aquí podría ser algo tan impredecible como el desenlace de una manifestación callejera por carencia de servicios (gas o electricidad) , algún choque entre comerciantes y consumidores o situaciones más complejas pero predecibles con comunidades con características étnicas y locales donde se realizan actividades ilegales o sublegales como extracción de minerales, contrabando de combustibles y tráfico de alimentos o recursos naturales. Todas esas estructuras de comercio ilegal cuentan con actores que ejercen la violencia y que podrían servir como núcleos de "milicias" para una intervención militar indirecta que usaría el concepto de "áreas de exclusión aérea" y que apuntaría a dividir el territorio nacional.
5) En el caso de Libia es relevante comparar las líneas discursivas que justificaban el embargo de las cuentas de la Nación con el alegato de que eran controladas por Gadafi y sus familiares. En el caso de Venezuela esos han sido los argumentos ofrecidos de manera no oficial por el Banco de Inglaterra para no devolver el oro de la República que está bajo su custodia: dicen que Maduro puede apoderarse de tal riqueza en un adelantado desconocimiento de su carácter de Presidente de Venezuela.
6) Estos datos se complementan con al menos otros dos elementos surgidos en las últimas horas y que son señales confirmatorias del uso del "escenario Libia". Uno, la declaración de un supuesto grupo de acreedores (tenedores de bonos) que habrían reconocido a la AN como su única contraparte en una renegociación de la deuda, y Dos, la exposición del economista Francisco Rodriguez (directivo de Torunos Capital) a través de su cuenta en Twitter, del criterio, en la jurisprudencia británica y estadounidense, de que sólo los gobiernos reconocidos por la política exterior de UK y USA pueden actuar en las cortes de esos países. Esto último implicaría que activos como *Citgo* podrían pasar a control de ese hipotético gobierno derivado del Consejo de Transición.
Nota en desarrollo
13ENE2019
@latablablog
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