El Pueblo pa’la Asamblea a liquidar el parlamento burgués

Históricamente los parlamentos fueron y son las estructuras burocráticas que dieron origen y han sustentado el modelo de Estado burgués, una vez consolidado el capitalismo. Fue el mecanismo institucional a través del cual se superó el modelo del Estado monárquico absolutista, y permitió la incorporación de los nuevos actores económicos al "bloque histórico", al estamento dominante. Ya no era solo la realeza, sino los nuevos componentes de la estructura del poder real, del poder económico.


Por eso no deja de ser irónico que a estas alturas la mera existencia de un parlamento burgués se convierta en la máxima amenaza en lo institucional, al proceso de cambio radical que se viene ensayando en país desde hace una década.


Punto inicial: si no se desmonta el parlamento representativo (y las estructuras similares en los estados y los municipios) se está garantizando la perpetuación del Estado del Capital.


No es casual que la noción del parlamento sea similar a la de las juntas directivas de las clásicas empresas capitalista. Sus componentes "representan" acciones, es decir al capital financiero, tal como lo hacen los "partidos" en la Asamblea con los votos que manejan como "capitales" en lo político.


Y en términos concretos, asi como los directivos de las compañías defienden los intereses de sus accionistas en el proceso de operación de las mismas, los diputados defienden y protegen los intereses, no de sus electores, sino de las estructuras de mediación social (partidos políticos, franquicias electorales y medios de comunicación) que los promovieron para estar allí.


Y esos intereses son tan o quizás mas concretos que los del capital financiero, y se orientan al control total de la operación del aparato de gobierno y del resto de las instituciones del Estado. Es decir el modelo del Capital no puede funcionar exitosamente si no tiene un Estado del Capital que le asegure un marco legal, social y político para su desarrollo.


Y en el mismo sentido el modelo del Capital no puede funcionar sin una "burocracia", sin una estructura funcionarial que "represente" sus intereses, que haga el trabajo sucio y especializado para ejercer la dominación. No lo puede hacer porque el capital financiero es anónimo por esencia y porque sus amos y herederos son incompetentes, son incapaces. Lo mismo ocurre en el parlamento o junta directiva del Estado del Capital: se necesita de una gigantesca estructura de funcionarios especializados (o al menos obligados a especializarse) en enredar las cosas y hacer guisos grandes o pequeños para proteger los intereses de sus "capitales" y de venderse al que mejor pague.


Por eso inevitablemente todos van a terminar "saltando la talanquera" o haciendo las mas increíbles marramucias para mantenerse en ese o en cualquier otro cargo burocrático donde puedan obtener recursos financieros y sentir que tienen poder.


En conclusión: mientras no se desmonte esa junta directiva al servicio del Capital (¿o quien creen ustedes que financian las campañas de los candidatos, incluyendo los del PSUV?) el proyecto revolucionario estará permanentemente amenazado desde el interior del mismo Estado que dice controlar.


Por eso la única tarea de esa Asamblea Nacional que se elija el domingo es decretar su propia destrucción y definir las bases de una nueva estructura no burocrática ni representativa de legislación y de control y supervisión sobre la estructura de gobierno.


Eso pasa lógicamente por asegurar de verdad que el poder se pueda ejercer directamente. Y ejercerlo especialmente sobre el aparato productivo. Y que lo ejerzan los trabajadores y la sociedad. Y que se pueda ejercer sobre las principales unidades productivas como los servicios públicos y otros vinculados con el metabolismo social básico.


Eso pasa por darles competencias concretas y no simbólicas a los órganos del poder comunal. Y que superen la simple gestoría de la construcción de aceras y torrenteras. Por ejemplo, ¿alguien sabe cuales son los consejos comunales que supervisan la administración y operación del Hotel Alba Caracas? ¿O los que se sientan a discutir en detalle el plan de mantenimiento y operación del Metro? ¿O los que definen el plan de compras de los abastos Bicentenario? ¿Y los que están en la Comisión de Licitaciones de Corpoelec o de Cantv?


Solo cuando eso ocurra es que el pueblo irá a la Asamblea, porque la Asamblea será el mismo pueblo.


Ese es el "parlamentarismo" que debe impulsar orgánicamente esta Asamblea que afortunadamente se iniciará "roja-rojita", pero que si no se autoliquida en breve se convertirá en el parásito que destruirá esta Revolución.


¿Se atreverán a golpear la esencia del Estado burgués?

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