El bebé Ranim y el comunicado de la cancillería venezolana sobre el ataque a Palestina

Uno (o sea, yo) tiene un bebe que cada noche juega como lo hace ahora. Y uno (o sea, yo) ve la foto del papá de Ranim que carga su cuerpo sin vida, que ya no volverá a jugar, y lo que le da es arrechera, tristeza y un dolor enorme.

El padre del bebé palestino Ranim Abdul-ghafour lleva su cuerpo en funeral
A Ranim Judh Abdul-ghafour lo mató un misil lanzado este miércoles por un avión de Israel contra su casa en la ciudad de Khan Younis, en el suroeste de ese minúsculo pedacito de tierra conocido como la Franja de Gaza, Palestina.
La ciudad de Khan Younis destruida por las bombas de Israel

Con Ranim también murió su madre, Amal Yousif Abdul-ghafour, y hasta hoy los ciudadanos palestinos asesinados por los aviones de Israel suman 64 en tres días de ataques. De ese total 18 son niños y adolescentes y 10 son mujeres.
El llanto y el dolor de padres y hermanos

A esta hora, mientras mi bebé juega con su balón de futbol y “atormenta” a los vecinos del piso de abajo, en las ciudades de Gaza caen bombas y proyectiles teledirigidos para aumentar esos números.

Por eso no me gusta el comunicado de “condena” de la cancillería de Venezuela (mi cancillería) a los varios centenares de ataques de Israel contra Palestina.

Mi cancillería inicia su comunicado “lamentando” el asesinato de tres muchachos israelíes en Cisjordania, otro pedacito de tierra palestina distinta a Gaza, invadido por urbanizaciones donde viven ciudadanos de Israel, en una especie de ocupación militar pero con civiles.

Terrible ese crimen, absolutamente espantoso, pero si haberse identificado el autor, Israel decidió atribuírselo al movimiento político Hamas y aplicar un castigo masivo a los habitantes de Gaza, a varios kilómetros de Cisjordania, donde ejerce el gobierno.

Luego de esa condena inicial, y en el mismo párrafo, mi cancillería rechaza, ahora sí, “los ataques perpetrados en la Franja de Gaza por fuerzas israelíes”.

El rollo es que poner los dos eventos, que son distintos, en el mismo párrafo del mismo comunicado, significa que estamos “comprando” la tesis de que Israel tiene derecho a caerle a plomo y coñazos a los palestinos por crímenes específicos y con responsables individuales (que pueden ser o no palestinos).

El segundo párrafo va más allá porque avala la postura israelí de que los ataques son una “respuesta militar” a algo, o sea al asesinato de los jóvenes en Cisjordania. Se condena no los ataques como tales, sino que esa sea la “respuesta”. Eso abre puertas a aceptar “respuestas”, que aunque violen los derechos soberanos de la nación palestina, sean menos “violentas” o espectaculares.

Y finalmente, en su último párrafo, el comunicado declara la “neutralidad” de Venezuela cuando “reitera que el diálogo constructivo es la única vía para instalar la paz duradera entre ambas Naciones”. Yo espero de corazón que el papá de Ranim no sepa castellano y que nadie traduzca al árabe ese comunicado.

Aquí yo sigo jugando con mi bebé y pronto nos iremos a dormir sin temer por un bombardeo aéreo. A los dos nos encantaría una rectificación: no sea que luego alguna nación poderosa nos venga a disparar por haber elegido a Nicolás Maduro como presidente.

Las fotos son de la agencia AFP
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