Guaidó sería el último peón del ajedrez conspirativo montado por Pedro Burelli en 2009 con la "fiesta mexicana"

La actitud triunfalista y pantallera de Pedro Mario Burelli, diciendo que es amigo del diputado  Juan Guaidó Márquez , pudiera tener una base real. 
(A pesar de que no ha sido capaz de conseguirle un puñado de dólares a su mamá,
la señora Norka Márquez, para su tratamiento por las secuelas de un cáncer uterino, por lo que tuvo que ponerse a pedir en GoFundMe).

Aunque su "ascenso" como opción de poder de la oposición podría corresponder a la última o penúltima carta disponible para jugar.

Guaidó fue uno de los 17 jóvenes invitados a la llamada "fiesta mexicana" que se realizó a finales de 2009 y que le permitió al partido de Leopoldo López tomar el control del movimiento estudiantil y convertirlo en la punta de lanza de la oposición "apocalíptica".

Burelli fue quien obtuvo los fondos para realizar el evento, dirigido a definir un plan conspirativo de largo aliento y ofrecer herramientas metodológicas para hacer una "revolución de colores en Venezuela". El montaje del evento estuvo a cargo del propagandista de derecha, Gustavo Tovar Arroyo.

No es la primera vez que Burelli llega tan cerca, sino de una posibilidad real de tomar el poder, sí del control de la agenda de los dispersos partidos y grupos antichavistas.

En 2017 logró instalar a Freddy Guevara en la misma presidencia de la AN, aunque finalmente la violencia callejera (convertida en autoritaria hoja de ruta para acceder al poder político) lo arrojó al basurero de la historia política actual.

Con muy pocas excepciones todos los adiestrados en México son descartables y su origen socio-familiar es el mismo: capas medias (de extracción popular o agraria) venidas a menos y con posturas radicalizadas.

Y efectivamente han sido descartados tras el 
fracaso de las iniciativas que protagonizaron. La mayoría está en el exilio o/y han perdido su influencia política.

Posiblemente luego de Guaidó la única opción que queda es Yon Goicochea, quien sin embargo anda en un proyecto más individual conocido como Plan País.

Mientras que en el exilio permanece quizá el único no descartable, por sus nexos con la clase dominante local y con el Estado de Israel, como es el exalcalde de El Hatillo, David Smolansky.

Burelli es representante de la burguesía más tradicional de Venezuela pues está casado con Cristina Vollmer y a su vez parece actuar como operador de intereses petroleros y financieros globales. Fue jefe de JP Morgan y director externo de PDVSA hasta 1998, dónde apoyaba posturas a favor de la privatización de la industria por la vía de la capitalización de las inversiones. 

Además dice tener acceso a la estructura del Departamento de Estado, específicamente a funcionarios cercanos a los Clinton. Su nombre y un mensaje aparece entre los "correos de Hillary".

El gran problema de Burelli es que se pone prepotente y comienza a hablar de más. Aunque también es probable que escriba tuits borracho 

En las últimas horas ha amenazado al presidente Nicolás Maduro con el destino de Gadafi a menos que escoja convertirse en Noriega en una especie de ultimátum personal, acusó a Luis Vicente León de colaboracionista y dijo que Roderick Navarro y Eduardo Bittar eran dos de sus mejores guerreros al agradecer al presidente Jair Bolsonaro el apoyo que les viene dando.

Por lo pronto basta con tomarle la foto a cada mensaje.

Y de pana, demuestrale a Guaidó que sí eres su amigo y manda los dólares para su mamá.

Éstas notas son útiles para entender la actuación de Pedro Mario Burelli.
Perfil 

Fiesta mexicana 

Correos de Hillary 
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