Fue el viernes 10 de febrero de 2012, en la reunión que sostuvieron en Cúcuta el ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, con su similar de Venezuela, Henry Rangel, en la que se tomaron medidas importantes para la seguridad en la frontera común, según la crónica del diario El Tiempo, de Bogotá.
Estaciones con gasolina más barata de PDVSA pide el alcalde de Cúcuta |
Pero Donamaris contó más. Dijo que hacía cuatro meses, tan pronto fue elegido mandatario, habló con los ministros de Minas y Energía (por Venezuela con Rafael Ramírez, actual embajador en la ONU) y les expuso las razones, económicas, sociales y de seguridad, para que esta idea sea posible.
"En Estados Unidos hay 2.000 (de Citgo) y en Cúcuta podrían funcionar 20 estaciones de servicio de Pdvsa de Venezuela, pero manejadas por las asociaciones de 'pimpineros' locales para sacarlos de la informalidad a la formalidad y para quitarles la fuente de financiamiento a las bandas criminales (paramilitares), como viene sucediendo hoy en día", explicó Ramírez.
En esa declaración el alcalde no tuvo duda en reconocer el daño provocado por los paramilitares y dijo que "Cúcuta no puede seguir siendo la ciudad de la extorsión y la muerte en Colombia.".
"La gasolina de contrabando de Venezuela está siendo utilizada por las Bacrim para sembrar muerte en la ciudad y no podemos permitir que eso siga sucediendo", amplió su análisis Donamaris.
Según la Policía Metropolitana de Cúcuta, para ese momento, por cada 'pimpina' (envase de 5 galones) de gasolina de contrabando que ingresa de Venezuela hacia Colombia, las bandas criminales les cobran a los 'pimpineros' entre 1.000 y 2.000 pesos. Tan sólo en extorsiones, incluyendo a los contrabandistas de gasolina, las Bacrim obtienen más de 1.000 millones de pesos mensuales en esta zona de frontera, de acuerdo con la evaluación que coincidía con la que hoy en día se hace desde Venezuela.
El viernes pasado Donamaris volvió a plantear lo inevitable: la única gasolina capaz de satisfacer la demanda de Cúcuta es la venezolana porque el Estado colombiano los condenó a ser contrabandistas para poder rodar.
“Que nos vendan (Pdvsa) la gasolina con un precio preferencial y nos permitan tener en Cúcuta estaciones con combustible venezolano”, precisó Ramírez en su propuesta al presidente Santos.
Dijo que si se da esta propuesta, la idea es que estas bombas sean administradas por las asociaciones de pimpineros cucuteños.
Del tema –dijo Ramírez- ya se habló con funcionarios del ministerio de Hacienda, con quienes se trabaja en la aprobación de recursos para crear las dos estaciones iniciales que serían manejadas por los pimpineros locales.
Lo que olvidó Domamaris es que tiene un mes insultando a Nicolás Maduro, el presidente venezolano que debe autorizar la instalación de las estaciones de servicio en Cúcuta.
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