"Soy Charly García. Traiganmé whisky y Rivotril". Esta frase probablemente se popularice tanto como "No me peguen, soy Giordano" o "Yo voy a acabar con la fiesta para unos pocos". Pero, ¿qué es el rivotril que mencionaba García a los gritos mientras destrozaba un hotel en Mendoza?
El Rivotril es la marca del laboratorio Roche para el Clonazepam en Sudamérica, Canadá, India, y Australia (en USA está distribuído bajo la marca Klonopin). Se trata de un fármaco de tipo benzodiacepínico, con acción depresora del sistema nervioso central, y propiedades ansiolíticas y anticonvulsivantes.
El clonazepam se indica para el tratamiento de: crisis mioclónicas; ausencias de tipo epiléptico (refractarias a succinimidas o ácido valproico); crisis convulsivas tonicoclónicas (generalmente asociado con otro anticonvulsivo); trastornos de pánico, o trastornos del sueño como el sonambulismo.
Se absorbe en el tracto gastrointestinal. La eliminación del fármaco es lenta ya que los metabolitos activos pueden permanecer en la sangre varios días e incluso semanas, con efectos persistentes. El clonazepam es de vida media intermedia, fluctuando entre las 30 y las 40 hs. Su unión a las proteínas es alta; se metaboliza en el hígado y se excreta por vía renal.
Las reacciones adversas más frecuentes son somnolencia, mareos, dificultades en la coordinación psicomotora (ataxia) y en la función motriz, deterioro en las funciones cognitivas, y depresión. También pueden presentarse nerviosismo, alteraciones del comportamiento, cansancio y debilidad no habituales, pérdida del equilibrio, y amnesia anterógrada (especialmente con dosis altas).
El clonazepam es una benzodiapecina, Su historia se inicia en 1957, cuando en forma fortuita se encontró un compuesto con propiedades potentes como miórelajante, sedante y anticonvulsivo. El compuesto fue el clordiazepóxico, el cual comercializó en 1960 con el nombre de Librium .
Tres años más tarde sale al mercado el diacepam con el nombre de Valium. Desde entonces la cifra de compuestos benzodiacepinicos sintetizados supera fácilmente los 2.000 y en el mercado se hallan alrededor de 40 de ellos. Las benzodiacepinas fueron los fármacos más prescritos en el mundo durante un tiempo. Esto obedece a que las benzodiacepinas están íntimamente relacionadas con el estrés psíquico y social, de ahí que la mayoría de las recetas son dadas por médicos diferentes a los psiquíatras.
Las Benzodiacepinas son sustancias que desgraciadamente se abusa de ellas y el control gubernamental es escaso o nulo. Razòn por la cual son una droga que llega muy fàcilmente a sectores desprotegidos como son los niños y adolescentes. Individuos que con suma facilidad consiguen este fàrmaco en el mercado negro o en los botiquines de su casa.Las benzodiacepinas son sustancias altamente adictivas que predisponen a los adictos a estos fármacos dada su alta tolerancia, a experimentar otras drogas o combinarlas.
Entre estos medicamentos hay una especie de cadena evolutiva de la preferencia de los usuarios según la época. El reinado del Clonazepam tiene sus antecedentes en los años 50's y llega para reemplazar al Prozac.
Primero fue el conocido Valium (diazepam), que produce una leve sedación hasta llegar a un punto de hipnosis y somnoliencia. Luego aparecieron resabios del Valium y alucinógenos con similares consecuencias, sumadas las alucinaciones y la consecuente pérdida de tiempo y espacio.
En la década de los 80 surgió otro clásico: el Lexotanil. En este caso esta droga servía como tranquilizante y relajante del músculo esquelético, además de ser un ansiolítico.
Ya en la década pasada el medicamento “fetiche” de los consumidores fue el Prozac que, a pesar de que hoy en día se descubre que tiene efectos colaterales en algunos pacientes, es utilizado como antidepresivo.
Así, el Clonazepam (Rivotril) toma su lugar como el rey de los ansiolíticos en la Argentina, que cada día encuentra más consumidores, como es el caso de Charly García, aunque este no sea más que un ejemplo famoso.
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