Por Yuleidys Hernández Toledo
El 4 de febrero de
1992, la historia de Venezuela cambiaría para siempre, luego de que
un teniente coronel, de apenas 38 años de edad y de nombre Hugo
Chávez Frías, asumiera la responsabilidad de una rebelión
cívico-militar que encabezó para devolverle la dignidad a un pueblo
que se encontraba sumido en la pobreza, producto de las políticas
neoliberales aplicadas por el gobierno del entonces Presidente Carlos
Andrés Pérez y de los exmandatarios que lo antecedieron durante más
de tres décadas.
Al públicamente reconocer que “lamentablemente,
por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la
ciudad capital”, y con su valentía asumir “ante el país y ante
ustedes”, “la responsabilidad de este movimiento militar
bolivariano”, devolvió la esperanza a millones de personas
hiriendo mortalmente al puntofijismo que llegaría a su fin el 6 de
diciembre de 1998 cuando fue electo por primera vez Presidente de la
entonces República de Venezuela.
Hoy, a 23 años de
aquella rebelión cívico-militar, es el Comandante Eterno, Hugo
Chávez, quien cuenta con sus propias palabras, recopiladas a través
de los discursos que pronunció desde que llegó a la Presidencia de
la República en 1998 (mandato que comenzó a ejercer el 2 de febrero
de 1999), la importancia que tuvo esta fecha para el país.
Perdón por los
hijos
Cuando pasaron
apenas 7 años de la rebelión cívico-militar, y Chávez tan solo
tenía dos días de haber tomado juramento como Presidente de la
República, ante el extinto Congreso, el 4 de febrero de 1999 dijo:
“He venido aquí lleno de un inmenso sentimiento, he venido aquí,
incluso, delante de todos mis compañeros, mis hermanos de las
Fuerzas Armadas Venezolanas, los que están en situación de
actividad, los que están en situación de retiro. Esa gran familia a
la que ingresamos igual que yo, todos los muchachos del 4 de febrero
y del 27 de noviembre, hemos venido aquí y yo recojo el sentimiento
de todos, y lo primero que me sale del alma en este sitio (…), Lo
primero que me sale de lo más profundo del alma, hermanos, es pedir
perdón (…). Perdón por los dolores, perdón por lo que quedó
atrás, perdón por las ausencias, por los hijos, por el alma, pero
ustedes saben en el fondo del fondo, que alguien tenía que hacerlo y
nos tocó a nosotros hacerlo; pero sin embargo, perdón”.
Durante el acto de
las Fuerzas Armadas por su ascensión a la Primera Magistratura, en
donde recordó a los caí- dos el cuatro de febrero de 1992, también
dijo: “Los llamo a todos, todos, hasta a mis enemigos, los que
dijeron que yo era de todo y siguen diciéndolo. Los llamo a que
depongan actitudes retrógradas y miremos el futuro (…). ¡Yo no
tengo marcha atrás! ¡Adelante va la revolución social, económica
y política y moral que empujaremos en Venezuela! No hay marcha
atrás, señores. Nunca habrá marcha atrás”.
Valió la pena
En el 2000, el
líder expresó que los sacrificios de aquel día valieron la pena.
“Después de 8 años de aquella fecha, de aquellos hechos, yo no
tengo la menor duda en decirlo (…) después de mirar el camino
andado de los últimos 8 años, yo digo: valió la pena”.
“Claro que valió
la pena, tomar un fusil y salir a la medianoche a buscar un camino.
No había otra alternativa, no teníamos otra salida. Vean los
resultados, preguntémonos todos, esa pregunta que es muy popular:
¿qué pasaría en Venezuela hoy si no hubiese ocurrido el cuatro de
febrero de 1992? Yo tengo una hipótesis, yo tengo una creencia: si
no hubiese ocurrido la rebelión militar, popular, apoyada por el
pueblo del cuatro de febrero, yo creo que aquí Venezuela hubiese
entrado en una guerra civil hace varios años, porque no hay mal que
dure 100 años ni puebloque lo resista. Gracias a Dios ocurrió el
cuatro de febrero y evitó tragedias mucho mayores a nuestro pueblo”,
expresó desde la Plaza Bolívar de Caracas, en un acto realizado
para conmemorar esa fecha.
En esa oportunidad,
dijo que “por primera vez hay aquí en Venezuela un Gobierno
verdaderamente soberano que toma las decisiones en función de lo que
así creemos; por primera vez en mucho tiempo hay un Gobierno que no
responde a mandatos de centro de poder alguno en ninguna parte del
mundo, llámese como se llame, por primera vez hay aquí un Gobierno
de pie que le dice al mundo: “nosotros respetamos al mundo y el
mundo está obligado a respetar a Venezuela y a su pueblo”.
Manifestó: “Tengo
la más profunda convicción que nosotros pasaremos por encima de
todas las dificultades que aparezcan en la marcha, porque nos mueve
un amor muy grande, porque lo que nos mueve es sublime, lo que nos
mueve es la vida misma, es el amor, profundo amor y eso no se detiene
muy fácilmente”.
Agregó, “El 4 de
febrero, hace 8 años, nosotros traíamos humildemente un proyecto ya
más o menos elaborado. La consigna fundamental del 4 de febrero era
Asamblea Constituyente Bolivariana y Revolucionaria, plenipotenciaria
y soberana. Esa era la consigna central del 4 de febrero de 1992. Fí-
jense, apenas un año después lo que ha pasado, lo cual indica que
el proceso no ha perdido su esencia, que el proceso se ha
consustanciado con la realidad nacional, con la esencia popular. En
apenas un año la gente tiende a no creerlo, la gente por allá de
Europa, de los Estados Unidos, de esos mundos lejanos del Asia,
cuando leen lo que en Venezuela ha pasado el último año, lo primero
que dicen es: “esto no puede ser, increíble”. Yo les digo:
“Increíble, pero cierto”.
Con sentimiento
también contó lo que como padre, hijo y ser humano le tocó vivir
aquel 4 de febrero de 1992. “A esta hora, 9:25 minutos, hace 8 años
ya yo era, junto a mis compañeros, prisionero. Ya estábamos
encerrados en el viejo Cuartel San Carlos, pero les juro que a esa
hora, 9 y media de la noche del 4 de febrero, nosotros jóvenes,
nosotros soldados, tras las rejas, adoloridos, lo que más pensaba
uno era en los hijos. Cómo lloraba yo esa noche pensando en Rosa
Virginia, que tenía apenas 12 añitos, y a esa hora ya ella sabía
que papá estaba preso (…) Lloraba por María Gabriela, que por ahí
anda ya casi con 20 años y tenía 11; lloraba por Huguito Rafael
(…). Lloraba por los recuerdos, lloraba por los caídos, lloraba
encerrado junto a mis compañeros; pero jamás a esa hora de hace 8
años, jamás de los jamases, más allá del silencio de los barrotes
del Cuartel San Carlos, más allá de la noche oscura de aquel 4 de
febrero, más allá de las lágrimas que bañaban el pecho del
soldado, más allá del rumor seco y callado de la prisión, más
allá de las miles de preguntas que palpitaban en el pecho, más allá
de la desesperanza de una derrota pasajera, más allá del frío de
la prisión, jamás de los jamases nos imaginábamos que el inmenso,
el grandísimo, el estruendoso resurgir de un pueblo que asumió la
revolución y que cogió el camino y que tomó las calles y que tomó
las ciudades y que tomó los campos y que salió de nuevo una vez más
con su bandera, con su sueño, con su heroísmo, con su coraje, con
su dignidad. Por eso, 8 años después de aquello, junto a mis
compañeros, junto a mis amigos, junto a mis soldados, yo digo
delante de Dios y delante de ustedes, con todo lo que uno tiene por
dentro: Gracias Dios mío, porque valió la pena el sacrificio”.
Partió la
historia en dos
En el 2001 desde el
Campo de Carabobo, el Ara- ñero de Sabaneta manifestó que el 4 F de
1992: “es un día que sin duda partió en dos la historia
venezolana (…). Se trata de una fecha histórica, sin duda alguna,
una fecha que marcó el principio del fin del puntofijismo que
durante casi medio siglo destrozó buena parte de Venezuela”.
Agregó: “Se
trata, al mismo tiempo, de una campanada, de un llamado de alerta, de
un toque de corneta que salió de las filas militares bolivarianas y
llamó a un pueblo que siguió, como sigue hoy y continúa hoy
apoyando un proceso que, gracias a Dios, tomó el camino pacífico,
tomó el camino democrático y eso es bueno recordarlo porque nunca
hubo en la mente ni en la acción de los militares bolivarianos del 4
de Febrero ningún plan, ninguna intención dictatorial. No, lejos
estamos y siempre estuvimos, de ese camino”.
El 4F detuvo el
plan neoliberal
El cuatro de febrero
no solo fue la estocada mortal del puntofijismo. El cuatro de
febrero, le dimos también en Venezuela para comenzar, la estocada
mortal al neoliberalismo salvaje que casi acaba con los pueblos de
este continente (…). Si no hubiese ocurrido el cuatro de febrero
tengan ustedes la seguridad que ya PDVSA habría sido privatizada
hace tiempo, para poner un solo ejemplo (…)”.
La frase anterior la
pronunció el Comandante Eterno, en el 2002, durante el décimo
aniversario de la rebelión cívico-militar del 4F de 1992, día en
que también manifestó que: “El cuatro de febrero detuvo en seco
el plan neoliberal de entregar a Venezuela al gran capital
transnacional, esa es una de las glorias de aquel día memorable”.
Asimismo destacó
que “el cuatro de febrero, fue un día de muerte y de parto, fue un
día de fin y comienzo”.
“Claro, ese día
le dimos la estocada mortal al pacto de puntofijo y ahí está
debatiéndose entre los muertos polí- ticos de la historia y no van
a volver (…). Así que el cuatro de febrero fue eso, la muerte de
un régimen deslegitimado, pervertido y carcomido que ya no le
prestaba ningún bien a Venezuela. Pero el cuatro de febrero al mismo
tiempo, generó la fuerza que fue capaz de parir una nueva Patria”,
agregó.
Una rebelión
moral
Desde el Poliedro
de Caracas, el 4 de febrero de 2003, Chávez manifestó que el 4F de
1992, “fue una rebelión moral, una rebelión de dignidad, una
rebelión que interpreta el sentimiento de las grandes mayorías
nacionales (…). No fuimos nosotros los hombres del 4 de febrero
apoyados por estas cúpulas, por “los amos del valle” o por los
due- ños de las televisoras y de los grandes medios de comunicación.
Nosotros salimos con lo que teníamos a la mano, con nuestro corazón,
con nuestra dignidad, salimos a batallar por la patria. No
manipulados por nadie sino impulsados por nuestra propia conciencia”.
Dijo que el Bolívar
revolucionario renació el 4 F de 1992. “La madrugada del cuatro de
febrero, volvió Bolívar el verdadero”.
Agregó: “Ese
proyecto tenemos que profundizarlo y no solo en Venezuela, sino
hermanarlo y profundizarlo con los hermanos de la América
latino-caribe- ña, porque el proyecto de Bolívar no solo es para
Venezuela, el proyecto de Bolívar es un proyecto continental de esta
tierra de indios, negros, blancos, de esta tierra mágica de la
América LatinoCaribeña, este proyecto anda por allí, necesario es
profundizarlo y discutirlo”.
“También al 4 de
Febrero habrá que deberle una de las columnas más fuertes sobre las
que se sustenta hoy la República: la unidad cívico-militar”.
Y aunque pareciera
que esta frase la hubiese dicho hoy, 4 de febrero de 2015 cuando la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) está siendo víctima de
una campaña nacional de descrédito por parte de sectores de la
derecha, Chávez un día como hoy, pero en el 2003, expresó:
“Saludos desde aquí a todos los soldados de Venezuela, a los
militares venezolanos que también están siendo atropellados por
esta oligarquía grosera, iracunda, desesperada. Pero los soldados de
la patria están conscientes de que ellos están en el medio también
de una batalla por el pueblo, por la República, por la Constitución
y por el futuro de Venezuela”.
Respaldo a la
FANB
“La Fuerza Armada
Venezolana, más nunca debe ser utilizada como lo fue por la
oligarquía criolla, por las cúpulas, por las elites poderosas que a
Venezuela dominaron desde siempre y por sus aliados internacionales
contra el pueblo venezolano. Porque eso ocurrió aquí, el Ejército
Libertador de Suramérica pasó en las dé- cadas precedentes a 1992,
a ser utilizado como si fuera un ejército de ocupación en su propia
territorio, para arremeter contra su propio pueblo, máxima expresión
de esta degeneración, máxima expresión de esta desviación está
allí grabado en la memoria de los venezolanos para siempre la
masacre del 27 de febrero de 1989”, expresó Chávez desde el
Hipódromo de La Rinconada un día como hoy, pero en el 2004.
“El espíritu de
la unidad popular, el espíritu de los militares patriotas se ha
reivindicado, pero esa misma clase oligárquica, esos mismos
intelectuales de la oligarquía utilizando los medios de comunicación
que posee la oligarquía pues se han dedicado (…) –tiene doce
años, eso no es nuevo para nada- Doce años bombardeando el cuatro
de febrero y el 4 de febrero hoy está más agigantado que nunca en
la historia venezolana”, agregó.
Ese día también
dio nuevamente una muestra del amor que sentía por su familia.
“quiero hoy, darle un saludo muy especial y bañar con mi amor a
personas que uno quiere mucho y que sé que un día como hoy aquél
1992, comenzaron a sufrir mucho también y han sufrido y han sentido
el impacto de todo esto, me refiero en primer lugar a mis padres Hugo
de Los Reyes Chávez, a mi madre Helena y en ellos dos a los padres y
a las madres de todos los que un día como hoy a esta hora o habían
muerto ya o estábamos siendo encarcelados en las mazmorras de
aquella falsa democracia, y de manera muy, pero muy especial a mis
hijos Rosa Virginia, María Gabriela, Hugo Rafael y Rosinés”.
Continuó expresando
su afecto por sus hijos: “En este día muy especial les manifiesto
el más grande de los amores que se puedan sentir en el pecho ¡Los
amo muchachitos! ¡Los amo infinitamente! (…). Y les pido perdón
por los sufrimientos y los sinsabores, pero así es la lucha por la
patria y así somos nosotros los hombres y las mujeres que dejamos
todo, como lo dijo el Padre Libertador “El que abandona todo por
ser útil a su país, no pierde nada y gana cuanto le consagra”.
“No somos
golpistas, somos revolucionarios”
“Fue aquel un
movimiento de muchachos patriotas, algunos todavía nos llaman
golpistas, allá ellos. Nosotros no somos golpistas, nosotros somos
revolucionarios, un movimiento revolucionario, un movimiento
patriótico”, manifestó Chávez un día como hoy, pero en el año
2005, desde el Cuartel Cipriano Castro, hoy conocido como Cuartel de
La Montaña, morada donde precisamente descansa el Líder de la
Revolución Bolivariana.
En esa oportunidad
aseveró que: “golpistas son los que se unen a la oligarquía para
atropellar a su propio pueblo, golpistas son los que pretenden
instalar en Venezuela una dictadura, o pretendieron instalarla;
golpistas son y apátridas los que se arrodillan al imperialismo
norteamericano. Nosotros somos antiimperialistas, revolucionarios,
bolivarianos, y cada día somos más y lo somos en mayor
profundidad”.
Derrotar al
imperio
Desde la avenida
Bolí- var de Caracas y ante una multitud que marchó para conmemorar
los 14 años de la rebelión cívico-militar, Chávez destacó un 4
de febrero de 2006, cuando arrancó la Batalla de Santa Inés con
mira a las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de ese año,
que: “esta batalla nuestra es en verdad contra el imperio
norteamericano y que vamos a necesitar mucha astucia, mucha
inteligencia, mucho talento estratégico, mucha unidad, mucha
conciencia, mucho trabajo, todos los días para derrotar una vez más
al imperio norteamericano y su pretensión de sabotearnos el proceso
electoral del tres de diciembre de este año”.
También dijo:
“Quienes han estado vomitando sobre América Latina durante casi
dos siglos son los salvajes imperialistas de Estados Unidos, pero se
les va acabar, ahora tendrán que vomitarse ellos mismos porque
América Latina ¡Despierta! ¡América Latina se levanta y los
pueblos de América Latina escribirán en este siglo la página más
grande de toda su historia!”.
Unidad, unidad
“El 4 de febrero
fue un rayo que iluminó la oscuridad, Venezuela se hundía. 15 años
después, General Campos aquí estamos pueblo y soldados juntos
levantando a Venezuela, hemos sacado a Venezuela del abismo y la
llevaremos hacia el sitial que le corresponde, sitial soñado por
nuestro máximo líder histórico, general en jefe y Libertador Simón
Bolívar”, señaló desde el Paseo Monumental de Los Próceres, un
4 de febrero de 2007, cuando se realizó un desfile con motivo del XV
Aniversario del Día de la Dignidad.
Asimismo reiteró el
llamado a la unidad: “continuemos fortaleciendo la unidad, la
unidad de la Fuerza Armada, la unidad del pueblo y de todos los
factores revolucionarios de todas las corrientes políticas, de todas
las corrientes y sectores sociales nacionalistas, bolivarianos,
revolucionarios, socialistas. Unidad, unidad, unidad, esa debe ser
nuestra divisa, proclamemos la unidad y construyámosla cada día con
mayor extensión y con mayor profundidad, unidad decía Bolívar,
sólo unidad nos falta para completar la obra de nuestra
regeneración”.
El imperio no
descansará
El 4 de febrero de
2008 desde la 41ª Brigada Blindada del estado Carabobo, indicó que:
“el imperio no descansará compañeros, compañeras, camaradas,
para tratar de frenar esta revolución que nació el 4 de febrero de
1992, y utilizará sus lacayos, utilizará y seguirá utilizando sus
peones en distintas partes del mundo”.
En ese sentido
recalcó que: “aquí mismo en Venezuela tenemos una quinta columna
de pitiyanquis, de lacayos del imperialismo que todavía conservan un
poder importante en sus manos, hay que reconocerlo, poderes
mediáticos con los cuales todos los días bombardean a nuestro
pueblo, y bombardean a nuestra sociedad (…) utilizando la muy
conocida estrategia goebbeliana de repetir una mentira todos los días
hasta que mucha gente comienza a creer que aquella mentira es verdad.
Tratando de convencer al mundo de que Venezuela se está hundiendo,
de que aquí hay una dictadura, de que este es un gobierno que viola
los derechos humanos, que es un gobierno que persigue, tratando de
que el mundo crea y de que nuestra pueblo también dude de los éxitos
de nuestra revolución; repitiendo una y mil veces que Venezuela se
hunde en la miseria, en la pobreza, en la corrupción, de todo eso
tenemos todavía por supuesto, recibimos una herencia terrible de un
país despedazado y hundido por esos mismos que nos atacan; pero
nadie puede dudar, nadie debe dudar acerca de los grandes avances que
en apenas 9 años ha logrado el gobierno revolucionario”.
Destacó que el
“ataque adversario vendrá por todos los flancos, estamos obligados
a frenar esos ataques y luego a derrotarlos con el contraataque
revolucionario. Estamos obligados a hacerlo, todos unidos”.
“Hoy compañeros,
compañeras es 4 de febrero, mañana también será 4 de febrero, el
4 de febrero no ha terminado, el 4 de febrero no terminará jamás,
porque el 4 de febrero es la vida misma, porque el 4 de febrero es la
patria misma, ¡qué viva el 4 de febrero, qué viva la Revolución
Bolivariana!”, agregó.
Acción
quijosteca
“Pudiéramos decir
que el 4 de febrero fue realmente una acción quijotesca, sí,
quijotesca. Hecha por quijotes, jóvenes quijotes, soldados,
soldados; y ciudadanos, que también se convirtieron en soldados
aquel día, sin serlo, o sin haberlo sido”, comentó en el 2009
desde la avenida Constitución de Maracay, estado Aragua.
Llamó a “que
seamos cada día, independientemente del puesto que nos ocupe, o que
nos toque ocupar en la Revolución, en el proceso bolivariano, que
seamos consecuentes con el sueño, con la fuerza mística de aquella
jornada memorable, que partió en dos el tiempo histórico
venezolano, que adelantó la entrada de Venezuela al Siglo XXI, y que
señaló el sendero de la Revolución Bolivariana, de la Revolución
socialista”.
El 4F es el
pueblo
En el 2010 desde el
Patio de Honor de la Academia Militar de Venezuela, resaltó que “el
4 de febrero hoy es el pueblo todo, el 4 de febrero hoy, 18 años
después, somos los soldados todos, cada soldado del Ejército
Bolivariano, de la Armada Bolivariana, de la Aviación Bolivariana,
de la Guardia Nacional Bolivariana, de las milicias bolivarianas debe
llevar esa fecha 4 de febrero, ese código 4 de febrero como
compromiso irrenunciable de batalla por la independencia de
Venezuela, la independencia, la independencia, la independencia”.
Fortalecer la
conciencia revolucionaria
“Las fuerzas de la
derecha venezolana, seguirán haciendo todos los esfuerzos para
tratar de frenar esta Revolución. En nuestras manos está impedirlo,
y para ello se requiere, seguir fortaleciendo la conciencia
revolucionaria, la unidad del pueblo como ya he dicho, pero la
derecha venezolana ¡jamás volverá a gobernar Venezuela!, ¡más
nunca volverán!”, expresó el 4 de febrero de 2011 desde la
avenida Sexagenaria, Valencia, estado Carabobo.
En esa oportunidad
dijo que el 4 F de 1992 “marcó la tumba histó- rica al Pacto de
Punto Fijo. El 4 de febrero parió la patria, parió un mundo nuevo,
parió un pueblo nuevo. Por eso digo, cristiano como soy, creyente
como soy, gracias Dios mío, parecía imposible”.
Manifestó que el
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hoy es la vanguardia.
“Hoy, la
vanguardia, la vanguardia hay que sostenerla, hay que fortalecerla,
la vanguardia hoy es el partido, tiene que serlo, una organización
coherente, con un proyecto ideológico, político. El Partido
Socialista tiene que convertirse en la gran vanguardia de los
movimientos sociales, de los movimientos populares. Y lo voy a decir
también, el Ejército, el Ejército y cuando digo el Ejército, me
refiero también por supuesto, a la Marina de Guerra, a la Fuerza
Aérea, a la Guardia Nacional y a la Milicia. El Ejército, tiene que
seguir conformado como una vanguardia revolucionaria del pueblo”,
exclamó.
“Y el pueblo
organizado, el pueblo y esas distintas corrientes de lucha popular,
los más diversos movimientos sociales, pero unidos”, agregó.
Militares
chavistas
Fue el 4 de febrero
de 2012, precisamente cuando se cumplían 20 años de la Rebelión
cívico-militar del 4F de 1992, que el Comandante Eterno, acudió en
público a una conmemoración de tan importante fecha.
Ese día el desfile
en honor al Día de la Dignidad Nacional tuvo lugar en el Paseo
Monumental de Los Próceres en Caracas, evento al que asistieron los
presidentes de Cuba, Bolivia y Nicaragua, Raúl Castro, Evo Morales y
Daniel Ortega, respectivamente, así como otras autoridades
internacionales.
En cadena nacional
de radio y televisión, Chávez manifestó que la derecha, “se
molesta mucho. Porque ellos quisieran tener los generales del 11 de
abril de 2002 que traicionaron al pueblo y nos traicionaron a
nosotros, la confianza que en ellos pusimos. Usted recuerda, la
oligarquía venezolana quisiera tener generales como los que se
fueron a Plaza Altamira aquel año 2002, esos generales más nunca
volverán a existir en Venezuela porque de ahora en adelante
tendremos generales, almirantes, oficiales y tropas revolucionarios
(…). Antiimperialistas, socialistas y chavistas, para que les duela
más a la burguesía y al imperialismo”.
Exclamó: “Así
como aquí en mi corazón está la Patria, está el pueblo
venezolano, aquí en mi corazón está la Fuerza Armada Venezolana
porque soy un soldado, eso es lo que yo soy en esencia, un soldado de
esta Patria, de este pueblo. Y yo además estoy seguro que en el
corazón de la Fuerza Armada Bolivariana de Venezuela ahí estoy yo
también, en el corazón de la Fuerza Armada, y por eso lo vuelvo a
decir, la Fuerza Armada Bolivariana es chavista, duélale a quien le
duele, rásquese quien se rasque, dígase lo que se diga...”.
“Y nosotros,
pueblo y soldados, 20 años después aquí estamos, no nos queda más
sino afincar el paso, afinar el rumbo y seguir la marcha con nuestros
muertos dentro de nosotros mismos, con los que dieron su vida por
esta Revolución y la siguen dando, con el juramento aquel que viene
desde el Monte Sacro, el Samán de Güere, el Roble, el Samán, el
juramento de los monolitos, el juramento de la Patria pues: No
daremos descanso a nuestros brazos ni reposo a nuestras almas, hasta
que hayamos liberado definitivamente a la Patria del atraso, del
subdesarrollo y hayamos construido en esta tierra el socialismo de la
nueva era, el socialismo del Siglo XXI”; agregó.
Un abrazo
infinito para mi pueblo
Un año después
Chávez recordó y conmemoró el 4 de febrero de 1992, a través de
una carta, que fue leída por el entonces vicepresidente de la
República, Nicolás Maduro, en la Plaza Pagüitas, en Caracas, lugar
donde finalizó la movilización que tuvo lugar ese día en el
Distrito Capital por motivo del XXI aniversario de la rebelión
cívico-militar.
En la misiva, que
fue reseñada en la página web del PSUV, Chávez expresó: “El 4
de febrero fue un día que generó fuerzas que todavía están en
expansión, el 4 de febrero no ha terminado, su espíritu insumiso
debe acompa- ñarnos cada día porque los poderes que enfrentamos
desde hace más de dos décadas persisten aún en su intento de
detener el curso de la historia en Venezuela, en nuestra América y
en el mundo, son los poderes que amenazan con destruir a la humanidad
y el planeta”.
También dijo: “el
por ahora de hace 21 años es hoy un para siempre del pueblo
bolivariano”.
El Comandante
Eterno se despidió en su carta de la siguiente manera: “Desde mi
corazón de soldado, vaya un abrazo infinito para mi Pueblo, para mi
Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Siéntanme entre ustedes, en este
Día de la Dignidad Nacional; estoy con ustedes, llevando la boina
roja y el brazalete tricolor, multiplicado en el amor popular, en el
amor que me llena y me da vida”.
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