Sin un #factordecorrección que empuje a la estabilidad cambiaria y un mecanismo “objetivo” de fijación de todos los precios no es posible la recuperación de los equilibrios macroeconómicos.
El #factordecorrección del sistema de cambio es el inicio de la venta del Petro en BsS (y en divisas y otras
criptomonedas y como una criptomoneda) con la posibilidad inmediata de ser usado para importaciones personales, compras por Internet y viajes. Eso es lo que permitiría una “competencia” con la tasa especulativa que además ya es “legal”.
No se pueden estabilizar los precios con “acuerdos” sobre unos pocos rubros. Los precios son un sistema que abarca todos los bienes transables: se trata de definir el mecanismo para calcularlos y ese es el #preciojusto.
En ese #preciojusto debe usarse la tasa de cambio que será estabilizada con la entrada del Petro en el mercado cambiario. Es decir, en el único mercado cambiario.
Asimismo el peso del salario en las estructuras de costos de cada rubro o sector debe sincerarse y auditarse para evitar que se convierta en el disparador (justificador) del alza de los precios.
(Recordemos que según las circunstancias el aumento de los precios es “culpa” de los salarios o del “alza del dólar”)
En términos prácticos (sin que nadie se moleste) el saldo de los #100DiasRecuperaciónEconómica es que arrancamos a finales de agosto con una tasa de cambio de 60 BsS/dólar y terminamos con una que supera los 400 BsS/dólar. Es decir, un diferencial de 700 por ciento.
(En esos primeros días la brecha no pasó del 30 por ciento por las expectativas positivas determinadas en cierta medida por la salida del Petro al mercado).
Mientras que en caso de los precios pasamos (por ejemplo) de pagar el kilo de carne en 100 BsS a finales de agosto a 2300 BsS ayer. O el kilo de harina de maíz de 40 BsS a más de 400 BsS. (Todo eso en el mercado real, dónde está disponible.) Es decir, en todos los casos el incremento de los precios no responde a un criterio “racional” o sobre la base de los costos.
Con la nueva tasa del Petro como unidad de cuenta (ya que aún no es transable) quedamos con una relación de 150 BsS/dólar, lo que equivale a una devaluación oficial de 150 por ciento.
Pero esa devaluación oficial (que es inevitable) no sirve para retornar a los equilibrios porque no es “real”. La “real” es la que determina el “mercado” donde se transan las divisas y esa supera el 700 por ciento.
Lo mismo ocurre con el ajuste salarial: ni es la causa de la inflación ni resuelve la caída del poder adquisitivo pues apenas representa una mínima parte de la devaluación y mucho menos que el crecimiento de los precios.
¿Y entonces qué se debe hacer?
Otra vez, sin que nadie se moleste, hay que decir que debemos diseñar un plan de ajustes que nos permita recuperar ese par de equilibrios macroeconómicos (este es un ejercicio de simplificación) que son el #tipodecambio y los #preciosjustos. No sirve seguir “rodando la arruga”.
@vhmajano
Nota en desarrollo y actualización
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