María Ramona quiere mostrarle a sus nietos el lugar donde nació y
Matute poder visitar el cementerio donde están sepultados sus padres,
muertos cuando el aún era un niño. Sus historias se pueden leer aqui y escuchar sus testimonios en video.
Ellos y otras 300 personas aproximadamente tienen como 10 años
planteando la necesidad de volver a la tierra de donde sacaron por la
fuerza a los más viejos y obligaron a nacer en otras ciudades o pueblos a
los más jóvenes. Para eso tienen la experiencia, los proyectos y la
capacidad para trabajar y poner al servicio del país y su seguridad
alimentaria las tierras de donde provienen. No quieren ser propietarios de parcelas sino protagonistas de un modelo comunal de producción y organización social.
Por eso, entre otras razones, el presidente Chávez ordenó el
rescate del Hato Piñero, feudo que a sangre y fuego, y buenas relaciones
públicas, construyó Antonio Julio Branger desde 1951 cuando su madre
compró una hipoteca y se apoderó del lugar. Los datos disponibles
indican que unas 800 familias campesinas fueron desalojadas
violentamente y 100 mil animales exterminados durante el proceso de
desplazamiento. La familia Branger, emparentada con burócratas y
políticos de la derecha más radical, ha sido una de las más acaudaladas
e influyentes del país en el último siglo.
Luego de años de reuniones, investigaciones históricas y esfuerzos
organizativos, el Instituto Nacional de Tierras (INTI) les comenzó a
prestar atención. Y para el miércoles 22 de enero se programó el inicio
de una inspección para saber como está el gigantesco latifundio de 75
mil hectáreas, que maneja desde 2011 CVAL, a través de una de sus
empresas filiales (el Centro Técnico Productivo Socialista Gral. José
Laurencio Silva).
El lunes, el INTI, campesinos y organismos como Mintur, MinAmbiente,
ReDI y la GNB acordaron un plan mínimo para hacer la inspección. No
fue fácil ponerse de acuerdo, especialmente porque el jefe de la Guardia
en El Baúl, el capitán Guevara, puso sus condiciones. Pero a la final
el acuerdo se firmó y cada quien comenzó a hacer su parte.
El miércoles se encontraron todos en la puerta de Hato Piñero a
excepción de los efectivos militares (de la GNB) que brindarían
seguridad al grupo. Eso imposibilitó el inicio de la actividad pues era
una condición de CVAL y un requerimiento de los campesinos. Tenían y
tienen mucho miedo de unos vigilantes armados de origen guajiro, que son
conocidos como "campo-volantes", una institución de seguridad propia
del latifundismo en Venezuela, y que una empresa "socialista" estatal
sigue empleando. De ahí lo inverosímil de la acusación de invasores que
les vienen haciendo.
(Inciso único: Chávez siempre prefirió emplear a soldados
del Ejército para proteger a los campesinos y procuró la alianza
cívico-militar y las milicias campesinas para la seguridad en el campo,
por que estos guardarán la patria productiva siendo la
siembra garantía de un pueblo soberano.)
Como a las 4 de la tarde el personal del INTI y demás organismos fue
invitado a pasar al interior del hato. Luego de un rato algunos salieron
a explicarle a los campesinos que ellos no podrían entrar y que el
equipo institucional iniciaría la inspección sin la vigilancia
comunitaria. Que eso era lo que les había indicado el presidente de la
empresa, Carlos Miguel Linares Rojas.
Con la llegada de la noche y previa una conversación con el gerente
técnico nacional del INTI, se retiraron confiados en que el jueves 23 de
enero sí se realizaría la tan esperada inspección. Pero cuando
llegaron, pasadas las 8 de la mañana, se enteraron que los funcionarios
se retiraron muy temprano, según un vigilante, y que ya habrían
realizado la inspección.
Esperaron y esperaron un poco más. Buscaron información, preguntaron por distintos canales, y así se fueron enterando que en
algunos espacios institucionales de decisión asumieron que eran unos
"invasores", que querían robarse por la fuerza la tierra (su propia
tierra), y que su historia y su esfuerzo no habían servido de nada.
Otra vez, luego del mediodía, se volvieron a retirar del portón. No
tenía sentido seguir allí, aunque están preparados para quedarse hasta
un mes. Eso y más consideran que vale la tierra arrebatada a sus padres y
abuelos.
Volvieron a El Baúl con el entusiasmo intacto, con la misma voluntad. Y así decidieron seguir registrando la historia. Cada
quien, con lo poco o mucho que sabe, echó los cuentos sobre las
condiciones del hato y las actuaciones "irregulares" de sus
administradores. Y así le escribieron una "carta abierta" al
Presidente Maduro. No tienen tierra pero tampoco tienen miedo para
pelear y ganársela.
Este viernes lograron, arriesgando su integridad, capturar imágenes de
la situación del hato y sus instalaciones: las fotografías avalan los
señalamientos sobre deterioro de potreros y omisiones que ha provocado
severos daños ambientales.
Uno de los más graves es la muerte de entre 500 y 3 mil
chiguires que perecieron por sed y hambre debido a que no se realizó el
bombeo de agua, por daños en las bombas y falta de mantenimiento de los
canales, hacia las lagunas donde habitaban en el sector de Manglarito
durante la temporada seca de 2013.
Hoy siguen pidiendo la inspección del INTI con la participación de un equipo técnico campesino conformado por 14 personas. Eso es todo, no es mucho y tienen tiempo para esperar y exigir. Ya lo han hecho por varias décadas.
Su objetivo está definido y es transparente: volver a las
tierras que les arrebató el latifundio y ponerlas al servicio de la
Nación.
Les enlazo algunas notas de contexto, la carta con las contundentes
denuncias de ineficiencia y corrupción así como el registro fotográfico,
y que cada quien asuma su responsabilidad.
Comenzó hoy inspección para determinar productividad de Hato Piñero
Campesino desplazado muestra el estado actual de Hato Piñero (Video)
Registro fotográfico de Hato Piñero el 24 de enero de 2014
Lea la carta con las denuncias sobre Hato Piñero
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