Esa es la conclusión de un informe secreto de inteligencia elaborado por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), el principal cuerpo de seguridad de Estado de la nación sudamericana, tras analizar los detalles que rodearon la captura de al menos seis musulmanes trinitarios acusados por delitos de terrorismo y de recibir entrenamiento paramilitar por agentes de cuerpos policiales de Venezuela.
El documento del 16 páginas se filtró a CCN TV6, el principal canal de televisión de Trinidad y Tobago, que durante la última semana ha divulgado los datos obtenidos por la inteligencia venezolana.
Eso incluye el señalamiento de que algunos de los hombres que no pudieron ser detenidos habrían viajado a Siria en "este momento", y que cinco de los enjuiciados también tenían previsto hacerlo con el fin de sumarse como combatientes a la guerra que hace dos años golpea a la nación siria con el apoyo de los EEUU.
CCN cotejó el señalamiento del Sebin con otras tres fuentes cercanas a la comunidad musulmana quienes confirmaron y ofrecieron detalles sobre el desplazamiento al medio oriente.
Según un vocero el viaje lo realizan a través de un vuelo con destino a China que debe hacer una escala en Turquía. "Cuando el avión se detiene allí se bajan y cruzan la frontera hacia Siria", dijo el informante citado por CCN.
Asimismo el reportaje obtuvo una fuente que reveló que algunas de las mujeres y niños que se encontraban en Venezuela también tenían previsto hacer la travesía.
Mientras que otra refirió que "a cada individuo se le paga 150.000 dólares de EE.UU. para llegar a Siria y luchar.". El investigador recibió tres nombres de trinitarios que habrían viajado a la región en conflicto.
Dos de los detenidos fueron investigados en 2011
La policía venezolana inicialmente detuvo y procesó a 8 hombres, mientras que las mujeres y niños fueron enviados a su país unos días después.
Dos de los hombres eran imanes o responsables de mezquitas, quienes fueron liberados tras concluirse que su actuación en Venezuela era legítima. El resto se quedó bajo la sospecha de tener un plan distinto que pretendía aprovechar al grupo para movilizarse sin sospechas.
Sin embargo al cotejar los datos se determinó que dos de los hombres, Dominic Pitilal y Asim Domeq, habían sido detenidos en Trinidad y señalados por participar en un complot para conspirar contra el primer ministro Kamla Persad-Bissessar. Eso aumentò la intensidad del alerta de la inteligencia venezolana.
Fotos con armas de fuego y policias venezolanos
Tras la captura del grupo, hospedado por varias semanas en el hotel Plaza Caracas, ubicado en Sabana Grande, se localizaron en las habitaciones dos teléfonos satelitales, 20 teléfonos móviles, dos ordenadores portátiles, seis tabletas, uniformes tipo militar, parafernalia de combate, parafernalia de entrenamiento de armas de fuego y videos en los teléfonos del entrenamiento con armas de fuego.
Las imágenes en los teléfonos dieron un vuelco a la investigación, ya que el lugar de entrenamiento correspondía a un polígono de tiro de la Policía Nacional Bolivariana, y el entrenador era uno de los jefes del equipo táctico de la misma policía.
Finalmente tres agentes policiales de distintos organismos comenzaron a ser procesados: José Gregorio Socorro de la PNB, Rafael José Durán del Sebin, y Fery Molina de Polichacao.
Molina, quien posee una tienda de artículos policiales les vendió equipos y vestimenta. Durán hizo los enlaces con la PNB para obtener el entrenamiento y Socorro coordinó las prácticas con las armas.
La más reciente decisión judicial ha liberado al vendedor de equipos policiales, mientras que a Durán y a Socorro los someterán a juicio con acusaciones de traición a la Patria y asociación para delinquir, conforme a una reciente ley contra el terrorismo y la delincuencia organizada, que establece penas de hasta 30 años.
A través de su familia Socorro ha afirmado que actuó de buena fe al ofrecer una "demostración" de uso de las armas, ya que le habían informado que el grupo venía de la embajada, y alega que los trinitarios no usaron los equipos. Eso mismo alega Domeq, entrevistado telefónicamente por CCN.
El Sebin argumenta que el "entrenamiento se asemeja a lo que ocurre en el Medio Oriente cuando los musulmanes a través de los rigores se preparan para lo que llaman Jihad".
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