Exsocio tecnológico de Pdvsa dirigió primer proyecto de vigilancia masiva de la NSA

Science Applications International Corporation (SAIC), el socio de la petrolera venezolana Pdvsa en una empresa mixta que le prestaba servicios de tecnología de la información (IT, por sus siglas en inglés) fue el líder del primer proyecto de vigilancia masiva impulsado por la NSA en el año 2002.

Trailblazer era el nombre del fallido proyecto que pretendía desarrollar herramientas para analizar los datos obtenidos indiscriminadamente de las redes de comunicaciones telefónicas e Internet.


Fue el proyecto precursor de herramientas como PRISM o Xkeyscore, cuya existencia y operación fueron revelados en junio de 2013 por el informático Edward Snowden, quien trabajaba para la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), pero como empleado de la consultora Booz Allen Hamilton.

El proyecto se inició en 2002, justificado por el impacto que sobre la comunidad de inteligencia tuvo el ataque del 11 de septiembre de 2001, y sustituyó otro desarrollo, Thin Thread, que se construía desde mediados de los años 90.

Thin Thread, aunque tomaba información masivamente, se diseño de modo que pudiera identificar comunicaciones sospechosas de atentar contra la seguridad nacional, y desarrollar el resto de los datos capturados.

El proyecto TrailBlazer y su errático desarrollo se conoció en 2006 cuando el diario The Baltimore Sun, divulgó detalles que acabaron por enviar a la basura el programa.

El desarrollo fue contratado a SAIC con un primer contrato en 2002 por 280 millones de dólares, y en el proyecto se incluyeron a firma consultoras como Boeing, Computer Sciencies Corporation y Booz Allen Hamilton, la contratante de Snowden.

Dos elementos destacan en este negocio. En primer lugar es después del 11S que la NSA comienza a involucrar a empresas privadas en este tipo de desarrollo, y en segundo lugar  el supervisor del contrato, fue el director adjunto de la agencia de seguridad, William Black Jr., quien había sido empleado de SAIC. Antes ya había trabajado para la NSA y fue reincorporado con la llegada al cargo de director del general Michael Hayden, en el año 2000.

Finalmente, y tras el escándalo y el inicio de una investigación en el Senado, el proyecto fue suspendido luego de haberse pagado contratos por más 1 billón 200 mil dólares.

Posterioremente se conoció que quien había revelado información sobre el proyecto había sido un funcionario de alto nivel de la NSA, Thomas Drake, quien había realizado insistentemente observaciones sobre la legalidad y la eficiencia del desarrollo.

Drake, a quien sus amigos describen como un hombre tenaz, a veces obsesivo, denunció por los cauces reglamentarios las “fallos” de Trailblazer. En su intento de “frenar un despilfarro delirante y sospechoso” desarrolló una estrecha relación con algunos miembros de la “junta de personal”, que le escucharon con atención, sobre todo Diane S. Roark, que rastreó las denuncias de Drake e informó a la Comisión de Inteligencia de la Cámara. Meses después la casa de Diane S. Roark fue “allanada”, según una nota de The New York Times.

Con la información suministrada por Thomas A. Drake, el periódico The Baltimore Sun, publicó varios artículos. Era el 26 de febrero de 2006 y la exclusiva publicada por The Baltimore Sun era recibida como una bomba en el desayuno del General Hayden. Un hombre duro y polémico que defiende el control de Internet y la tortura.

Aquel reportaje sacaba los colores al General Hayden y a la poderosa NSA por despilfarrar millones de dólares en dos programas informáticos totalmente ineficaces (Trailblazer y un “programita criptológico” que había costado 300 millones de dolares). Entre los dos, 1,2 billones de dólares. Lo que Drake no pudo hacer por los cauces internos, lo hizo saltándose, aparentemente, la ley. Creía que estaba obligado a hacerlo y lo hizo, dice NYT.

Saic, Intesa y el sabotaje petrolero
Intesa era empresa que formó Petróleos de Venezuela (PDVSA) con la estadounidense SAIC, y que controlaba toda la información de la estatal venezolana.

El capital inicial lo aportó Venezuela, que sólo tuvo derecho al 40 por ciento de las acciones. La misión de la empresa -obviamente no la que se publicitó- era la de controlar la información de todas las computadoras de PDVSA. La justificación fue que bajo ese esquema los costos en los servicios de computación descenderían drásticamente. Pero no sucedió así, y en estos momentos SAIC cobra a su socia PDVSA cerca de 80 millones de dólares, refiere una nota publicada por la revista uruguaya Brecha en enero de 2003

Ese poder de Saic se hizo sentir en diciembre de 2002, durante el sabotaje petrolero que buscaba el derrocamiento del presidente Hugo Chávez, cuando la petrolera venezolana fue atacada a través de sus sistemas cibernéticos.

Gran parte de las operaciones fueron detenidas desde fuera y en forma remota lo que obligó a reiniciar tareas con procedimientos manuales.

Si bien la salida de Saic ya estaba prevista, su participación activa en el ataque a Pdvsa precipitó la liquidación de la sociedad.

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1 comentarios :

Carmen Beatriz dijo...

Quisiera saber cuál es la intensión de este reportaje... Nosotros los exintesa venezolanos nunca nos beneficiamos de los chancullos que pudo haber hecho la junta direcxtiva y, además, pasamos la pàgina hace muchos años ya--- Ponle la lupa al escàndalo de Jose Luis Parada que ese si tiene muchisima tela que cortar...