Sin control estricto del dolar de 6,30 no se podrá contener la especulación

La burguesía financiera y comercial-importadora se apodera fraudulentamente de unos 20 mil millones de dólares de la renta petrolera venezolana cada año pero el mayor daño lo hace a través de la especulación cambiaria, revela el economista Tony Boza.

La clave para garantizar el funcionamiento exitoso del nuevo esquema cambiario pasa por que existan los controles más estrictos y eficientes para que las divisas a 6,30 bolívares por dólar vayan efectivamente a satisfacer las necesidades básicas del pueblo y no a enriquecer aún más a los importadores y comerciantes que operan en Venezuela.

Esa es la evaluación que sobre la política cambiaria y el comercio exterior hace el economista y estudioso Tony Boza, tras los primeros anuncios esbozados por el presidente Nicolás Maduro sobre el nuevo esquema para el manejo de las divisas.


Este esquema contempla tres modalidades de cambio. Una con una tasa de 6,30 bolívares por dólar, destinada a atender compra de alimentos y medicinas, otra tasa determinada por el mecanismo de subasta por sectores conocida como Sicad, y una abierta a través de la oferta pública en las bolsas de valores.

A su juicio se trata de que la sociedad en su conjunto asuma un papel de contralor colectivo de los procesos de distribución y comercialización, que estaría orientado tanto al control de precios como a la verificación de uso que se le esté dando a las divisas.

Banca y corruptos responsables del fraude

Con un ejemplo de un caso de fraude cambiario, descubierto en el estado Lara, Boza explica el mecanismo de apropiación de las divisas por parte de la burguesía comercial importadora

Se trata de la firma GM Comercializadora, una importadora de productos agrícolas que recibió divisas preferenciales por la suma de 33 millones de dólares, según la información ofrecida por el vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, el pasado 6 diciembre.

A través de mecanismos como sobrefacturación de importaciones, con empresas relacionadas en EEUU y Panamá, la compañía logró apoderarse de la casi totalidad del monto adjudicado. Ya que se pudo verificar que el costo real de los bienes importados no superaban los 62 mil dólares.

Sin embargo lo pernicioso de este mecanismo no sólo es la desviación de las divisas, sino el efecto que sobre la economía tiene esa masa de dinero reinyectada en forma especulativa como bolívares.

--Si esos dólares se fueran ya es un daño, pero sería un daño menor. El daño mayor se produce porque ellos reinyectan esto a la economía y lo convierten en bolívares otra vez. Al convertirlo en bolívares lo multiplican por la tasa especulativa con lo que toda la economía del país se abulta.

Eso se traduce en precios inflados y elevados a partir de esa tasa especulativa expresada en más bolívares. Esto ocurre porque el dólar especulativo lo convirtió la burguesía comercial en el marcador de la economía, a pesar de que el 80 por ciento de las asignaciones en divisas se realizan a la tasa de 6,30 bolívares, explica.

--¿Es por eso que parece inagotable ese dólar paralelo?
--Claro, porque para los empresarios el dólar que vale la pena acaparar es el dólar de 6,30 ya que lo que les entusiasma es el diferencial cambiario. Pero esa apropiación indebida de las divisas no sería posible sin el concurso de la banca. El gran aliado es la banca. Y el otro gran aliado “son los actores que están incrustados en el mecanismo de asignación de divisas”.

A su juicio esos dos actores deben ser “escudriñados, auditados, expuestos a la luz pública”, y en el caso de la banca apunta que debe ser tanto la pública como la privada.

--¿Cómo actua la banca en ese proceso?
--La banca está enmascarando los procesos, está maquillando los procesos. Por ejemplo cuando uno va a cobrar un cheque 20 mil o 30 mil bolívares lo obligar a firma una carta y poner las huellas de acuerdo con las normas para el control de la legitimación de capitales. ¿Entonces como hacen para manejar tantos recursos en dólares y que convertidos a bolívares son montos millonarios?
--¿Y concretamente en lo cambiario como interviene la banca?
--Sobrefacturación, containars vacíos, el mecanismo que se utiliza no escapa a la contabilidad de la banca. La banca es el fluidificador del proceso.

Boza explica que el proceso de importaciones es controlado a través de un sistema informático conocido como Sidunea, pero tiene algunas actividades manuales que son usadas para evadir la supervisión. Una de esas es reportar un presunto daño en la capturadora digital de códigos de embarque y hacer un acta que permita un registro discrecional.
Eso puede permitir nacionalizar mercancía que no existe, está incompleta o es de una calidad inferior a la declarada.
--En ese momento se pierde el control del proceso, porque aunque esté automatizado, queda a discreción de un funcionario.

Control popular y tecnológico del dólar

Con el nuevo esquema cambiario el foco debe ser el “control abierto, transparente, con participación popular en todos los renglones, de las asignaciones del dólar de 6,30” afirma Boza con firme convicción.

--Si eso es algo público, porque la ley lo obliga ahora que el presupuesto de divisas se publique, tenemos que poner el foco de la contraloría popular y tecnológica en ese dólar. Si logramos transparentar esas asignaciones, el “mercado libre” tendría que nutrirse de los dólares que produce la burguesía.

Eso incluye dólares que ha sacado esa misma burguesía del país con los mecanismos fraudulentos. Pero para eso, insiste Boza, hay que endurecer el control en dólar de 6,30.

--Si el dólar de 6,30 se sigue distrayendo, se lo siguen apoderando ilegalmente el dólar especulativo no se va a poder controlar.

Boza resalta que el Estado produce entre el 95% y el 98% de las divisas que ingresan al país, por lo que sería absurdo plantear que se sometan al mercado los recursos requeridos para comprar en el mercado los bienes esenciales del país.

Asimismo el estudioso, junto con movimientos sociales de consumidores (tanto en Maracaibo, de donde es oriundo, como en Caracas), está proponiendo la conformación de un Observatorio Nacional de Precios.

Esto pasa por poner a disposición de los ciudadanos una base de datos en línea con las estructuras de costos de todos los productos y marcas que conforman la matriz de consumo esencial del venezolano.

Y que el propio Estado elabore una aplicación (APPS) que permita scannear y chequear via internet y a través de teléfonos inteligentes los precios de los bienes que se comercialicen en los distintos establecimientos en todo el país.
Eso no sólo garantizaría el mecanismo de precios justos sino que permitiría en forma preventiva evitar desviaciones de las divisas con la tasa preferencial.


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