¿Qué tiene Venezuela que tanto ambiciona el imperio?

Por Verónica Díaz Hung/ Ilustración Isabel Adler.-


Nada ocurre por casualidad en Venezuela. No fue por azar que el presidente Barack Obama dictara un decreto declarando a nuestro país “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de de los Estados Unidos”. Igual que hace más de un año no fue por casualidad que cotizadas estrellas de Hollywood y el mundo de la música (Madonna, Marc Anthony, Rubén Blades, Steven Tyler, Ricky Martin, Jared Leto…) clamaran “ayuda” por un país cuyos problemas antes no les habían interesado. O las guarimbas de 2014, ni las guayas puestas en las barricadas opositoras que asesinaron a varios motorizados.

Tampoco es casualidad la guerra económica que en los últimos meses se ha agudizado, con una alocada inflación inducida, ni el bachaqueo, ni el contrabando de gasolina a Colombia, ni las amenazas de que se acabará la comida, las medicinas y hasta los tintes para el cabello.

Menos aun el llamado de líderes opositores de ultraderecha pidiendo “ayuda” internacional, alegando razones “humanitarias”, y menos casual es que hasta el propio secretario de Estado de EE.UU, Jhon Kerry, esté invocando una “intervención” en Venezuela alegando una “crisis humanitaria” en la cuna de la revolución chavista. O que los documentos del abortado golpe de Estado del pasado 12 de febrero justificaran su acción ante el advenimiento en “corto plazo de una emergencia humanitaria”.

Sería inocente pensar que se trata de casualidades que nada tienen que ver con que el hecho de que la hoy asediada República Bolivariana de Venezuela posee las reservas más grandes de crudo del planeta, con 298.353 mil millones de barriles, de las cuales 259.460 mil millones se encuentran en la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Rafael Chávez Frías, lo que equivale al 20% del total mundial. Mientras que las reservas de gas se ubican en 197.089 MMMPC, ubicando al país como sexto en reservas de gas.

El propio mandatario venezolano, Nicolás Maduro, así lo considera, por lo que tajante ha afirmado que “el petróleo venezolano es nuestro o no es de nadie”. Tanto Ucrania, Siria, como Venezuela, son claves en la geopolítica del petróleo. También Libia, Afganistán, Irak, lo son. Todo puede pasar en un mundo sediento de petróleo, con un capitalismo en crisis y una industria armamentista en busca de clientes.

Héctor Andrade, trabajador de PDVSA, está convencido que nada de lo que ocurre en Venezuela es casualidad, todo tiene que ver con estas inmensas riquezas de petróleo y gas. Sobre todo incomoda la política soberana de la Revolución Bolivariana en materia petrolera.

La joya de la corona

La Faja Petrolífera del Orinoco es la joya de la corona, porque todo el marco legal de la Cuarta República fue creado para entregarle esa inmensa riqueza a los intereses transnacionales.
La Faja Petrolífera del Orinoco abarca 75.100 Km2 (Área Petrolera 24.260 Km2), con una población de 2.060.277 habitantes, y atraviesa los estados Guárico, Bolívar, Anzoátegui, Monagas, Delta Amacuro y Apure; 19 municipios: Chaguaramas, Temblador, Ciudad Guayana, Falconero, Ciudad Bolívar, Soledad, El Tigre, Zuata, San Diego de Cabrutica, Santa María de Ipire, Pariaguán, San Fernando de Apure y Caicara del Orinoco, y es recorrida por los ríos Orinoco, Apure, Zuata, Morichal Largo, Pao, Caris y Yabo.

La Faja es tan grande que tiene la misma población que República Dominicana.
Henrique Capriles cuando era candidato dijo que la nueva PDVSA había sido incapaz de aumentar la producción en la Faja desde que llegó el presidente Chávez.

Héctor Andrade, no obstante, aclara que la revolución tomó el control de PDVSA en el 2002, fecha en que la Faja producía 570 mil barriles de petróleo por día, mientras que en febrero de este año se llegó a producir el 1 millón 300 mil barriles de petróleo por día, y se estima llegar a 1 millón 500 mil barriles por día para finales de año.

Falso bitumen

La historia de la Faja se remonta a 1931 cuando se perforó el primer pozo. Se llamaba La Canoa.
En aquel tiempo cuando se producía crudo liviano en el Lago de Maracaibo y éramos el principal país exportador del mundo, el valor comercial de la Faja lucía poco atractivo, por eso su producción sería abandonada por más de 35 años. En esa época se produjeron 45 mil millones de dólares por venta de petróleo y sólo le quedó al Estado 8 mil millones de dólares.

“¿Cómo es posible que un país haya producido todo ese petróleo y haya tenido altos niveles de pobreza? Porque no teníamos el control del petróleo. Simplemente hacíamos ricos a otros. Por eso es que les resulta tan molesta la Revolución Bolivariana”, analiza Andrade.

En 1984 comenzó el desarrollo de la Faja. Fue la época de la Orimulsión, que ciertamente fue uno de los grandes inventos del siglo XX. Era una mezcla de crudo, agua y de un surfactante que permitía que el crudo pudiese fluir por las tuberías. Su único fin era transportar crudo. Porque ese crudo cuando está en las profundidades del suelo es líquido, pero al enfriarse en la superficie se transforma en una melcocha espesa que no se desplaza.

“Durante aquella época los ‘grandes genios’ que estaban al mando de PDVSA, cuyo plan definitivo era privatizar la Faja y privatizar a PDVSA, decidieron que la Orimulsión podía ser un producto y comenzamos a vender Orimulsión en lugar de crudo extrapesado”, relata Héctor Andrade.
Desde el día que se produjo el primer barril de Orimulsión, hasta su fin en el año 2005, se vendió a los precios del carbón, que oscilaban entre los $4 y los $10. Eso generó grandes pérdidas a la nación.

“Eso es simplemente estafa a la nación”, advierte Andrade. “Afortunadamente la revolución desmontó la Orimulsión”, agrega.

Subvaluada

Durante la Cuarta República hubo una estrategia comunicacional de desvalorización de las riquezas de la Faja, que tenía como objetivo la entrega de la mayor reserva de crudo del planeta a las transnacionales.

Pero ¿el trabajador de aquella época no se daba cuenta de lo que estaba pasando?
Esa estrategia de subvalorización estaba en todos los niveles, tanto a lo interno como a lo externo dePDVSA.

Bajo esta óptica una gerencia de cuarto nivel era la que tenía el control de las primeras reservas de crudo del planeta, ya que había que convencer a todos de que esa Faja no tenía valor, porque se trató ocultarle al pueblo la inmensa riqueza que poseía su país. Hoy es una División Ejecutiva, dada la importancia que tiene la Faja para la Revolución Bolivariana.

La batalla por la recuperación de la Faja es una gesta comparable con la de nuestros libertadores, por eso es que los bloques serían bautizados en honor a aquellos próceres: Junín, Ayacucho, Carabobo y Boyacá. Y hoy ha sido bautizada como Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez Frías, en honor la batalla del Comandante Supremo por recuperar el control de la renta petrolera.

Ellos sabían

“Es importante observar que, con la excepción de unas pocas acumulaciones en el área de Machete, el tipo de crudo encontrado en la Faja Petrolífera del Orinoco fluye en las condiciones naturales del yacimiento. Ello permite su extracción con métodos convencionales a unos costos comparables con los de otros campos de petróleo pesado en Venezuela y en el mundo”, reseña Fiorillo, Giovanni, “Exploration and evaluation of the Orinoco Oil Belt, Caracas” en un documento interno de Petróleos de Venezuela que data de 1984.

“Ellos sabían que allí había petróleo y que no era bitumen, pero pese a ello en 1996 le cambiaron la denominación de petrolífera a bituminosa ¿A alguien le queda alguna duda de que se trataba de un plan para entregar el petróleo?, a mí no”, expone Héctor Andrade.

Un bitumen es un hidrocarburo sólido o semi-sólido, inmóvil en las condiciones de presión y temperatura del yacimiento debido a su alta viscosidad, con una gravedad menor de 8,3 ºAPI y un punto de fluidez superior a 60 ºC, cuya cotización es muy inferior al petróleo.
Se habló entonces de la “Gran Apertura” petrolera, argumentando que Venezuela no tenía la tecnología para explotar la Faja “Bituminosa”.

Cuando se compara el petróleo con el bitumen, hay dos características fundamentales que lo diferencian, uno es su capacidad de fluir, es decir, su viscosidad, que es muy diferente entre la del bitumen y la del crudo, por ello su forma de producción es distinta.
El bitumen se produce con calor, o como se hace en Canadá, que es minería a cielo abierto, que genera el crimen ambiental más grande del planeta.

Un pozo se puede extraer usando varias fuentes de energía. La primaria es la energía natural del yacimiento. La secundaria, es cuando la primaria se agota y hay que inyectar energía recurriendo al uso de vapor, agua, electricidad para seguir la extracción.

“Estratégicas” ¿para quién?

Los primeros desarrollos de la Faja Petrolífera del Orinico en tiempos de la Cuarta República, se sustentaron en convenios de asociación, que por “sutilezas” del lenguaje serían llamadas Asociaciones “Estratégicas”. Bajo esa figura jurídica Conoco, Chevron, Exxon, British Petroleum (tres transnacionales norteamericanas y una inglesa, que representan el imperialismo) tenían hasta la posibilidad de vender nuestro petróleo. Y todo esto ocurría porque nuestra política petrolera sólo se dedicada “a proveer petróleo seguro y confiable a EE.UU”.

En 1992 se le entregó a cada filial un bloque, en 1996 se establecieron los convenios de asociación y había una acción dorada que supuestamente daba poder de decisión al Estado venezolano pese a su minoritaria participación accionaria, pero que nunca se pudo ejecutar.

Bajo ese modelo en nuestras instalaciones se hacían juntas directivas en inglés, las transnacionales tenían mayoría en la Junta Directiva y todas las decisiones se tomaban por mayoría accionaria y cuando había disputas se resolvían en tribunales internacionales, además en aquella época ondeaba en nuestros campos petroleros la bandera de los Estados Unidos con la foto del presidente norteamericano.

Certificación

En el 2002, con la llegada del presidente Chávez es cuando Venezuela empieza a tener control sobre la Faja, y se reconoce la necesidad de tener una política petrolera soberana, sobre todo en un país al que se le había tratado de ocultar que tenía las primeras reservas de crudo del planeta.
Para revertir esta gran mentira, se creó el Proyecto Magna Reserva, ya que había que cuantificar las riquezas petroleras de la Faja. Fue Chávez el gran comandante de esta gesta.

Cuentan quienes estuvieron con él, que llegó un día y pidió dividir la Faja en cuatro bloques que tuvieran un potencial de producción de 200 mil barriles por día, entonces le llevaron un mapa cuadriculado, que lo convirtió en lo que hoy conocemos como la Faja Petrolífera del Orinoco. Pidió también que cada uno de los bloques fuese certificado.

Bajo este mandato 28 empresas de 21 países vinieron a cuantificar esas reservas.
“Sólo alguien con la capacidad de entender el mundo y el negocio petrolero que tenía el Comandante Chávez podría generar esa estrategia geopolítica tan extraordinaria”.
Para esta certificación Chávez invitó a los amigos y a los no tan amigos, porque así como participó Cuba, China, Irán, Rusia, también estuvieron Statoil y ENI.

Finalmente se certificaron 219.600 millones de barriles, en los bloques Boyacá, Junín, Ayacucho y Carabobo. Fue un trabajo arduo en el que se perforaron unos 143 pozos con tecnología de última generación, en un proceso auditado por empresas externas.

“Fue un ejercicio pleno de soberanía, que Chávez convirtió en las cartas de negociación del país en el tablero de la geopolítica mundial”.

Chávez solía llevarse a los presidentes que lo visitaban a la Faja, cosa que no había hecho otro mandatario venezolano.
Sólo Anzoátegui tiene más reservas que todos los países del mundo, excepto Arabia Saudita.
“Este es nuestro gran tesoro y es la razón por la que somos tan atacados”.

Héctor Andrade explica que nada de lo que ocurre en Venezuela es casualidad, todo tiene que ver con estas inmensas reservas de petróleo. Nuestra política soberana incomoda a los grandes centros del capitalismo mundial.

Tablero de ajedrez

El visionario mandatario convirtió la Faja en un gran tablero de ajedrez. Estaba claro que había que acabar con la dependencia que suponía ser “un proveedor confiable y seguro de petróleo” del gran imperio del norte. Y metió en este tablero a chinos, rusos, hindúes, aunque no olvidó a los no amigos, por lo que las grandes transnacionales del petróleo tampoco fueron excluidas.
Recientemente el presidente Nicolás Maduro incorporó a Petrocaribe, cuyas naciones miembros explotarán un bloque, ubicado al norte del país.

Bajo esta visión soberana hoy hay doce empresas operando en bloques de la FPO Hugo Chávez Frías, de las cuales once son sociedades con capital extranjero y una ellas (Petroanzoátegui) es capital 100% PDVSA, las cuales elevarán la producción a más de 4.700.000 barriles día para el año 2021, con una capacidad de producción de 6 millones barriles diarios sin afectar los precios.
Se estima que para el 2017 la Faja producirá casi lo que producimos hoy en todo el país.
Los socios de la Faja ahora deben pagar un bono de 5.700 millones de dólares, en contraste con los convenios firmados en la Cuarta República, cuando se entregaron áreas a “inversionistas” que no pagaron un céntimo por explotar nuestro petróleo.

Para desarrollar los negocios de la Faja, PDVSA planea construir 6 mejoradores y 2 refinerías, que estarían cerca de la Faja. Se esperan perforar unos 10 mil pozos. Se construirá un terminal de aguas profundas, para buques hechos en casa.

“No hay en el mundo un proyecto de esta envergadura. Y lo vamos a hacer nosotros. Es un asunto de soberanía”.

La meta es controlar toda la cadena, desde la concepción hasta la comercialización. El Patio de Tanques que se construirá en Araya es uno de los más grandes del planeta.
Se estima que toda la producción actual de Colombia en este momento, Venezuela la tendrá sólo en dos empresas. “Es un esfuerzo titánico que requiere dinero”.

El actual endeudamiento de PDVSA es para acometer el proyecto más importante del planeta, que requiere una inversión de más de 100 mil millones de dólares.
“Este financiamiento todo el mundo lo pide, pero no todo el mundo lo recibe, ya que se requiere garantías y nosotros las tenemos”.

Sólo a China se espera exportar 1 millón de barriles diarios para el 2016. Con los rusos estaríamos produciendo 1 millón 200 mil barriles diarios. También hay asociaciones con India e Italia.

“Estos países están poniendo su dinero en este tablero, y lo hacen porque lo consideran un negocio rentable”, analiza Héctor Andrade.

La producción de la Faja supone un riesgo mínimo, ya que incluso con un precio de $41 el barril, ya estaríamos obteniendo ganancias.

“Habría que ver si los chinos, los rusos, van a permitir que se convierta a Venezuela en otra Libia o en otro Irak”.

Y fue este el gran legado de Chávez, cómo hacer de su mayor carta de negociación, un instrumento de defensa de la Revolución Bolivariana. Fue una estrategia cuidadosamente elaborada. China es la principal potencia emergente y Rusia es una potencia armamentista.

Muchos intentos socialistas han fenecido porque no tenían un sustento económico, y Chávez lo sabía, y en sólo 14 años logró edificar este sofisticado tablero geopolítico para salvaguardar  la Revolución Bolivariana. Ese es su gran legado, incluso aún en su ausencia física.

“El camino es la revolución. No hay marcha atrás. No se pueden perder los espacios conquistados”, expone Andrade.
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