La construcción de tres nuevas plantas de transferencia de desechos sólidos en el Área Metropolitana de Caracas y la creación de una estructura que trabaje junto con Pdvsa en la orientación ambiental de los proyectos que se adelantan en la Faja del Orinoco, son algunos de los anuncios que realizó el titular del nuevo Ministerio de Eco Socialismo y Aguas, en entrevista con Ciudad Ccs.
El biólogo Guillermo Barreto, designado por el presidente Nicolás Maduro tras la reversión de la fusión entre el extinto Ministerio del Ambiente con la cartera de Hábitat y Vivienda, advierte que la única manera de sostener el socialismo es convirtiendo en fundamental la variable ambiental.
—¿Rectificar es de sabios o chivo que se devuelve…?
—La idea de fusionar los dos ministerios es interesante y tiene varios orígenes. Por una parte había que darle un sacudón a la gestión ambiental. Y por la otra con la idea de que vamos hacia una sociedad diferente o ecosocialista, en la cual hay una relación más armónica con la naturaleza y donde los asentamientos humanos se convierten en un ecosistema más. Sin embargo siendo la misión vivienda la más importante que estamos llevando en este momento, había que darle al ministro Molina el espacio para cumplir las metas, que son muy ambiciosas.
—¿Cuál es el saldo del sacudón institucional?
—Una restructuración interna, una redefinición de las funciones de hacia dónde debemos llevar la gestión ambiental…
—¿Y hacia dónde la debemos llevar?
—Hacia la construcción de una sociedad nueva, donde la variable ambiental sea fundamental y se entienda que es la única manera de sostener el socialismo. Eso implica solidaridad entre los seres humanos, pero no sólo ahora entre nosotros, sino también con nuestros hijos y nuestros nietos y biznietos. Nosotros le podemos garantizar el acceso al agua a toda la población y eso es socialismo, pero si no se la podemos garantizar a las generaciones futuras, no somos tan socialistas.
—¿Cómo se expresa ese saldo en lo administrativo?
—El saldo es que se da inicio a un proceso de restructuración que ya venía adelantado. Ahora nosotros vamos a construir un ministerio diferente.
—¿Por qué ecosocialismo y no ambiente?
—Porque el discurso hegemónico ha terminado por colocar el ambiente como una etiqueta de lo “comeflor” , con una concepción romántica que aísla lo ambiental de lo económico y social. Esa concepción coloca a quienes defienden lo ambiental como en una trinchera frente a quienes defienden el desarrollo.
No hay un diálogo posible, y al final todos salen perdiendo. Cuando hablamos de ecosocialismo nos referimos a una gestión pública integral que va a construir una nueva sociedad en la que el tema ambiental tiene que estar allí. Hoy tenemos un Ministerio de Ecosocialismo, pero tenemos que llegar a un punto en la que toda la gestión pública es ecosocialista, bien sea que tenga que ver con la extracción de petróleo o la construcción de puentes y viviendas.
—¿Eso significa que iríamos a una conciliación entre el desarrollo y la necesidad de proteger el ambiente a largo plazo?
—Claro, pero paradójicamente tenemos que profundizar la gestión ambiental. No podemos aislarnos de la naturaleza. Tenemos que entender que las areas protegidas son necesarias, pero que también incluyen gente; y cuando no tenemos en cuenta a la gente, entonces surge el conflicto. Y al final no logramos el objetivo.
—El discurso de armonizar el desarrollo con la protección del ambiente, ¿no implica una conciliación con la lógica del capital?
—No. Nosotros tenemos que ir a un cambio del modelo extractivista, básicamente capitalista, a otro modelo en que la extracción de recursos no tenga como interés la acumulación de capital, sino la satisfacción de las necesidades de la gente. Eso significa que tú comes lo que tienes que comer y usas lo que tienes que usar, y no más de eso. Ese cambio es gradual, no lo podemos dar de un día para otro, pero lo importante es mantener la visión de futuro, que es esa nueva sociedad donde no podemos repetir los patrones del capitalismo. Ese fue el error del socialismo del siglo XX, que intentó saldar la deuda social, pero mantuvo el patrón extractivista y eso produjo un daño ambiental muy fuerte y eso se traduce en una sociedad que no es sostenible. Cambiaron los dueños de los medios de producción, pero la lógica era la misma.
—¿Por qué un Ministerio de Aguas?
—El presidente Maduro está muy interesado en lograr el acceso al agua de toda la población. En estos 15 años de Gobierno Bolivariano se ha logrado alcanzar metas muy importantes, pero todavía tenemos limitaciones que debemos seguir superando. Por eso el uso del término tiene que ver con la prioridad que se le está dando al término y con la visión integral que se tiene de ese tema.
—¿Seguirá siendo un ministerio de permisos?
–Los permisos son parte importante de la gestión. El problema de los permisos en general no es el permiso en sí, sino que se burocratice el proceso de otorgamiento del permiso, porque se pierde su sentido, que es proteger la naturaleza y reducir los impactos ambientales. Y la corrección de eso es parte de la restructuración. El permiso no debe ser un obstáculo para los procesos productivos, a menos que esos procesos productivos atenten contra la naturaleza. Por eso debemos desburocratizar los permisos, automatizarlos y hacerlos más eficientes.
TRES PUNTOS DE TRANSFERENCIA DE DESECHOS SÓLIDOS EN CARACAS
—¿Cuál es la situación actual del manejo de los residuos sólidos?
—Se viene adelantando una política de sustitución de vertederos por rellenos sanitarios, eso se viene haciendo y vamos a seguir adelantándolo.
—¿Cómo se viene manejando eso en Caracas?
—Estamos trabajando fuertemente en tres espacios más de transferencia dentro de Caracas. Ese es el proceso intermedio entre la recolección y la disposición final. Eso permitiría eliminar paulatinamente la planta de transferencia de Las Mayas. En la medida en que se incorporan estos puntos, estaríamos haciendo más eficiente la recolección, ya que los recorridos serían más cortos y se podrían hacer más recorridos.
—¿Dónde estarán esos puntos de transferencia de Caracas?
—Estamos ahora con varios de esos proyectos. Uno de esos es una planta de transferencia en el este de la ciudad para liberar las áreas de los municipios Baruta, El Hatillo, Chacao y Sucre. Y tendríamos en el municipio Libertador, hacia el oeste.
—¿Se mantendrá el uso de la tecnología del relleno o vamos hacia un modelo distinto?
–Tenemos que ir hacia un modelo distinto. Ahora, el relleno se va a mantener porque aún no tenemos las condiciones para cambiarlo radicalmente. No nos podemos negar a la reutilización y el reciclaje, pero no solucionan. La solución tiene que venir de más atrás y es tratar de cambiar los modelos de consumo.
—¿Se va a pechar o castigar la producción de envases no retornables?
—Una cosa que tenemos que estudiar es eso. Son decisiones que pueden producir un impacto económico, pero tenemos la responsabilidad de estudiar la forma de generar menos desechos y de promover en la población una responsabilidad en el uso de las cosas, en la forma como se consume y como se desecha después.
—¿Seguiremos asumiendo que la responsabilidad de la basura es del consumidor y no de quien la produce?
—No, no, al contrario. Hay que ver quién produce la basura, cómo la produce, cómo publicita el consumo de cosas innecesarias y cómo nosotros tenemos que enfrentar eso. El tema es muy complejo. Y parte de la modificación interna en el Ministerio no es solamente cambiar las cajitas o el nombre de las direcciones, sino cambiar la visión que tienen esas direcciones. Tenemos que resolver el problema urgente, pero también abordar el tema estructural.
EL AGUA Y ESTADO COMUNAL
—¿Sigue el plan nacional del agua?
—El Presidente ha hablado de lo coyuntural y de lo estructural. Tenemos que resolver lo urgente, que si se rompió la tubería o que no llega agua a un sector, y, al mismo tiempo, abordar cómo resolvemos el largo plazo. En las últimas semanas el Presidente ha aprobado recursos extraordinarios para dos casos particulares que son el estado Falcón y el estado Vargas.
—¿Cuáles son las obras en Falcón?
—Primero hay un trasvase entre tres embalses para poder llevar el agua hasta el norte del estado y hacia Paraguaná. Está la recuperación de la captación de agua del embalse de Matícora, el más grande del estado, que por la sequía ha tenido problemas de sedimentación, para hacer un sistema que permita sacar el agua más eficientemente del embalse
—¿Y hay pequeñas obras en sistemas locales?
—Sí, hay recuperación de pozos profundos, de aducciones… En el caso de Falcón en una primera etapa estamos hablando de una inversión de más de 1 mil 500 millones de bolívares. Y en el caso de Vargas, en la primera etapa son 1 mil 300 millones de bolívares.
—¿Cuál es la gran obra para Vargas?
—El embalse de Puerto Maya…
—¿Está incluido en esos recursos?
—Sí, está incluido en esos recursos una primera parte, su comienzo. Esa es una obra que no es para este año, pero sería (junto con el Tuy 4) la que ofrecerá agua en forma segura a esa entidad.
—¿Contempla la atención del tramo de aducción entre Puerto Maya y Picure, que falla con frecuencia?
—Eso es parte de lo que se está haciendo, la sustitución de partes caducas en esas aducciones.
—¿Y en el resto del país?
–Hay un plan de obras para todos los estados y se está trabajando tanto con las empresas hidrológicas como en convenios con las gobernaciones. Estamos en la búsqueda de recursos para culminar algunas obras particulares y comenzar otras.
—¿Van a mantener los consejos estadales de agua?
–Eso tenemos que estudiarlo…
—¿Y la participación de las mesas técnicas de agua?
—Eso se mantiene siempre porque nuestro objetivo es lograr el Estado Comunal.
EL CARBÓN DEL ZULIA Y EL ORO DEL SUR
—¿Qué se va a hacer con el carbón del Zulia? Chávez dijo que debía quedar ahí si su extracción no se podía hacer sin dañar la naturaleza…
—Tenemos que iniciar una mesa de trabajo donde estén las comunidades, la Gobernación del Zulia, eso está en la agenda para comenzarlo a discutir y debatirlo con seriedad y responsabilidad.
—¿Qué significa esa discusión responsable?
—Significa analizar la necesidad de eso, las alternativas posibles, y el objetivo, al final, tiene que ser lograr la preservación del ecosistema y, sobre todo, el bienestar de las comunidades que viven alrededor. Hay que buscar una alternativa de ordenación para esa región y para eso tenemos que sentarnos con todos los actores, evaluar las variables y no quedarnos solamente con la variable económica. Debemos tomar en cuenta lo social, que ahí viven comunidades indígenas que tienen una forma tradicional de relacionarse con la naturaleza y que tenemos que respetar.
—¿Qué se está haciendo con respecto a la explotación ilegal de oro en el sur del país?
—Hemos tenido encuentros con los ministerios de Minería, Comunas y Pueblos Indígenas buscando ordenar la explotación aurífera. Hay una parte de esa explotación que es ilegal y que produce un daño social y ambiental terrible. Es un tema muy delicado y que debemos manejar con cautela.
ECOSOCIALISMO EN LA FAJA
—¿Qué se está haciendo con respecto al impacto que pueden causar las actividades de la Faja del Orinoco?
—En la nueva estructura del Ministerio hemos creado una dirección específicamente para ese tema. Y no solamente desde el punto de vista de la autorización, porque no queremos quedarnos en una estructura que lo que hace es aprobar o rechazar permisos, sino que nosotros tenemos que ser parte de lo que se haga en este territorio. Tenemos que trabajar con Pdvsa para lograr que el desarrollo que se haga en la Faja sea lo más armónico posible con la naturaleza. Somos un país petrolero y necesitamos esos recursos, pero debemos hacerlo de la mejor manera, y ahí es donde entra este Ministerio como brazo decisorio de lo que se haga allí.
—¿Ya no tendrían un papel de juez, sino que estarían orientando y reorientando los proyectos?
—Claro, orientando para que se haga de una manera que garantice la preservación del territorio, y cuando hablamos del territorio nos referimos tanto a la naturaleza como a la gente.
LA TORTUGA Y EL TURISMO
—En la isla La Tortuga hay un proyecto para construir un complejo hotelero de cerca de 2 mil habitaciones. ¿Cuál es el estatus de eso?
—Ahí estamos nosotros con el ojo puesto para trabajar en conjunto con Mintur de manera que esos desarrollos turísticos, que consideramos muy importantes para la nación, se hagan de la manera más armónica posible. De hecho hay algo que ha pasado en los últimos meses que fue la instalación del órgano Superior de Parques el cual establece una instancia de manejo de las áreas protegidas donde se incluye, entre otros, el Ministerio de Turismo, y que busca darle una mayor gobernabilidad a esas áreas, en especial los parques nacionales. Esto ha permitido integrar los esfuerzos de diversos organismos que muchas veces trabajaban en forma separada. El parque nacional es un área importante de uso público, pues el 80 por ciento del turismo venezolano va a los parques nacionales. Y además en esas áreas hay una población que vive dentro o alrededor del mismo, y por eso para mantener ese parque se requiere la organización popular. Eso ha permitido coadyuvar los esfuerzos de todos y que el Ministerio, con la competencia del ambiente, no aparezca como el que impide la acción de los demás. Tenemos que estar juntos en esto para que se haga lo mejor.
—En ese modelo de coadyuvar esfuerzos y competencias, ¿cuál es el papel de las organizaciones ambientalistas?
—Se trata de establecer una corresponsabilidad en la gestión. Si este va a ser un Ministerio del Poder Popular, tiene que trabajar con el Poder Popular. No diciendo nosotros lo que deben hacer y ellos actuando como enemigos nuestros. Se trata de que ellos, por una parte, adopten su papel de contraloría social y por otro que se integren a los planes.
—¿Cómo se maneja el tema del tráfico de fauna?
–Eso se maneja con la Guardia Nacional Bolivariana, que tiene las competencias de guardería ambiental y, por supuesto, con la Fiscalía. Estamos detectando los sitios donde se genera el mayor tráfico.
—¿A qué especies afecta fundamentalmente?
—En Venezuela el tráfico de aves es muy importante. Sobre todo loros y guacamayas, que tiene como destino Norteamérica y Europa. Es un comercio muy cruel, y la gente debe saberlo. Quien compra un loro probablemente esté comprando un pichón que fue extraído de su nido y seguramente mataron a la madre para capturarlo, y lo están confinando en solitario cuando se trata de un animal social que vive en pareja. La manera como son transportados provoca la muerte de por lo menos la mitad, pero al traficante no le importa porque vende tan caro el que queda vivo que recupera con creces la inversión.
VÍCTOR HUGO MAJANO
FOTO YESSIREE BLANCO
Publicado en el diario Ciudad Ccs el miércoles 22 de abril de 2015
ENTREVISTA “Si no garantizamos el agua para el futuro, no somos socialistas”
1:39 p.m.
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1 comentarios :
Excelente entrevista!
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