Propuestas para Avanzar
Los Indicadores:
- La MUD aumentó entre 2013 (con 7.363.980) y 2015 (con 7.707.422), unos 343.434 votos. El Gran Polo Patriótico Simón Bolívar en cambio disminuyó entre 2013 (con 7.587.579) y 2015 (con 5.599.025), 1.988.554 votos.
- Solo ganamos por mayoría en los estados: Apure, Cojedes, Delta Amacuro, Portuguesa, Yaracuy, Guárico.
- Quedaron electos: Hombres 79%, Mujeres 21%. La MUD no cree en la paridad de género ni un poquito, son los patriarcas queriendo devolver a la mujer a la cocina, aunque la necesite como gancho propagandístico.
- Quedaron electos: Mayores de 30 años 93%, Menores de 30 años 7%. Ganó la gerontocracia. Los jóvenes fascistas son buenos para guarimbear, pero no para candidatear. La cara juvenil de la derecha es Ramos Allup.
- La MUD sacó mayor porcentaje en las capitales políticas del país: Distrito Capital y Miranda; Anzoátegui, Carabobo, Nva. Esparta; Mérida, Táchira, Zulia, Bolívar.
Reflexiones Inmediatas:
- No es verdad que el chavismo se volteó. En todo caso votó por la MUD una parte de la población trabajadora, reflejada en esos 423 mil habitantes que hicieron que creciera el caudal electoral de la MUD en un mínimo porcentaje. Igual tristemente, un sector que vota por sus detractores y depredadores pero que no es una representativa diferencia.
- De los 7.587.579 votos del chavismo en el 2013, se abstuvieron por lo medida chiquita 1.645.120. Es decir el chavismo no traicionó, sino que se abstuvo. El aumento de votos de la MUD fácilmente lo pudo haber conseguido con su derroche de dinero para comprar votos y sus nuevos inscritos.
- Ganamos los estados con más cultura productiva y campesina. Espacios donde la sociedad de consumo, mercantil, comercializada, enajenante, urbana, de puerto, con su simbología y cultura asociada, es menos hegemónica. Ganaron los warao también. Es para evaluarlo con herramientas políticas y hasta antropológicas. Sin duda el potencial cultural de la revolución.
- Perdimos (y por tanto la MUD ganó), en los territorios controlados por la burguesía contrabandista evasora e importadora mafiosa y en las capitales políticas. Es decir, en las fronteras donde conservan sus núcleos paramilitares cuidadores del contrabando y en costas y zona franca donde trabajan las mafias importadoras y portuarias y en Caracas y Miranda donde buena parte de la población tiene acceso a recursos importantes, cierto poder adquisitivo y está mediada por la cultura de consumo del úselo y tírelo.
- En fin, producto del desgaste de una guerra económica que a falta de consenso revolucionario y desarme ideológico no se ha podido resolver a favor de la clase trabajadora, una parte del chavismo se abstuvo y la derecha creció. Sobre todo porque capitalizó el descontento asociándolo al modelo de gestión chavista y vendió expectativas de “cambio”. A la vez, desarrolló una estrategia comunicacional impecable que no tuvo una respuesta frontal del contenido, sino evasiones hacia otros temas que no se vincularon directamente con las urgencias de la gente, y un discurso dirigido a la vanguardia chavista y no al común del pueblo despolitizado.
- Adicionalmente, desarrollamos una campaña a favor de candidatos y no de un proyecto, no disputamos ideológicamente la defensa del proyecto socialista, mientras la derecha hizo una campaña nacional con malos candidatos, pero capitalizó el descontento y promovió su modelo avanzando en el imaginario colectivo con postulados neoliberales como la liberación de precios.
- Una cuestión estructural que afectó la credibilidad de nuestro gobierno y del chavismo como fuerza social, fue la incapacidad para avanzar en la guerra económica con acciones contundentes contra el enemigo estratégico. En la mayoría de los casos las acciones para timonear el aparato económico y disputárselo a la burguesía que lo controla, no pasó de una serie de inspecciones y medidas administrativas que en nada impacta la hegemonía burguesa, que incluso la legitima porque usaron esto para martirizarse todo el año. Sin embargo, todo apunta al respeto sacrosanto a la propiedad privada empresarial sobre los medios de producción y el aparato productivo, a costa del acceso de las mayorías a productos básicos. Este aspecto debe ser debatido y posicionado nuevamente en el imaginario como lo hizo Chávez. No puede haber socialismo si la clase que es enemiga del pueblo sigue controlando la economía y manteniendo relaciones de explotación, usura y competencia salvaje. Tarde o temprano esa clase se repone y va en contraofensiva porque logra reproducirse y acumular más poder. Es todo o nada. Aunque pueda haber comercio privado, no puede este dirigir y capitalizar los recursos fundamentales de la sociedad. Dejamos en manos de los importadores las divisas para que se las embolsillen y conspiren. Salen los empresarios más fortalecidos en lo económico y en lo político.
- Este resultado también evidencia que llegamos al límite de la democracia liberal para resolver las grandes disyuntivas revolucionarias. El pueblo dejó de verle sentido a votar constantemente sin percibir respuestas definitivas a la situación económica que en el marco de una re-acumulación capitalista, la burguesía ha impulsado a costa del salario del pueblo y de la credibilidad del gobierno. Después de todo, tuvimos dos períodos con completa hegemonía en la Asamblea Nacional y no por eso resolvimos la base de la guerra económica. Lamentablemente, desde el punto de vista táctico nos colocan en una situación de vulnerabilidad en el plano internacional.
- Lo que bien pudiéramos entender como una situación fatal para la Revolución, debemos evaluarlo también desde otra lógica, como una oportunidad revolucionaria. Bien decía el Presidente Maduro, en reunión con movimientos populares de Caracas que se concentraron espontáneamente en Miraflores este martes 09 de Diciembre de 2015:“Tenemos solo dos opciones estratégicas, o se instala el fascismo contrarrevolucionario y la restauración neoliberal, o se radicaliza la Revolución socialista y derrotamos al fascismo”.
Esto implica resolver tres aspectos ya planteados por el Comandante Obrero:
1) El Problema del Poder y la gobernabilidad revolucionaria: Qué acciones debemos tomar en los próximos seis meses, para evitar que la presencia nefasta de la MUD en la Asamblea Nacional justifique las medidas de fuerza más reaccionarias, antipopulares y retrogradas. Más cuando tenemos en puertas la instalación de esa asamblea el 5 de enero de 2016, una agenda dirigida contra el Presidente Maduro para decapitar la Revolución y una posibilidad de referéndum revocatorio este año;
2) El problema económico: Qué medidas económicas son fundamentales en este momento para cortarle las alas a la burguesía y asumir el control revolucionario de una economía abiertamente saboteada para desgastar al pueblo; Será posible sostener una Revolución Socialista o materializarla, cuándo aún existen grandes monopolios capitalistas que controlan el aparato productivo, las finanzas y otros puestos estratégicos de la economía;
3) Qué campaña y estrategia comunicacional debemos implementar para filtrar las matrices y guerra psicológica y generar nuevamente una subjetividad revolucionaria.
Propuestas para el Debate Popular:
1- Impulsar los cambios necesarios y la reconfiguración de posiciones y liderazgos más desgastados, pero sobre todo cambiar la praxis política y los métodos. Es esto lo que el pueblo chavista clama. No tiene sentido que algunas figuras y sectores se defiendan y sientan herida su susceptibilidad o defiendan cuotas de poder. La única cuota que se debe defender es la hegemonía revolucionaria y eso solo se logra ganando al pueblo para nuestra política. Se supone que los revolucionarios y las revolucionarias somos los abanderados del cambio. Mal podemos ahora, asumir posturas conservadoras mientras el enemigo se roba nuestra bandera del cambio.
Asumámoslo con coherencia metodológica, resignifiquemos el discurso y la lógica de captación de las grandes masas para la Revolución y así, cerraremos el paso a los oportunistas mesías de izquierda más chavistas que Chávez que sin pueblo ni construcción política orgánica pretenden decir cómo se hace la Revolución.
2- Necesitamos una nueva lógica comunicacional: que rompa el cerco mediático tendido por el imperialismo, que incorpore al frente comunicacional al pueblo organizado, potenciando todas las formas de lucha comunicacional, no solo las más sofisticadas y técnicamente cualificadas, sino también las que pueden estar disposición de las comunidades, colectivos y movimientos populares, así como la reactivación de las Brigadas de Agitación, Propaganda y Comunicación (APC) del PSUV que teniendo un potencial comunicacional fueron silenciadas. La lógica de control disciplinario no puede sacrificar la estrategia que incluso forma parte de la nueva doctrina militar bolivariana que es precisamente “La Guerra de Todo el Pueblo”. Debemos hablar con la verdad, la lógica de subordinación y la necesidad de congraciarse permanentemente, implica que terminemos replicando un discurso que más que un discurso beligerante que gane a amplias masas, es un discurso mediático construido para los convencidos. Requerimos armar una batería comunicacional altamente ideologizante que evidencie las contradicciones del enemigo, que denuncie la guerra del capital y el sabotaje con un lenguaje llano y no estereotipado para que lo entienda no la burguesía, sino el pueblo trabajador no chavista que necesitamos sumar.
3- Una estocada a la gobernabilidad burguesa y Nueva Gobernabilidad Revolucionaria: La derecha fascista ganó el juego democrático que inventó para dominar con sutileza. Después de tres años (realmente quince) de sabotaje, de infamia, de terrorismo, de guerra psicológica y financiamiento del complot desde el propio senado estadounidense por 15 mil millones de dólares, la derecha ganó la Asamblea Nacional. Un juego electoral que trata como igual a quienes son desiguales y que se exige se “respete” por los padrinos internacionales bajo amenaza de invasión. Entramos en una disyuntiva revolucionaria. ¿Debemos respetar la gobernabilidad que la burguesía logró a sangre y fuego y sacrificar los derechos del pueblo trabajador, de los inquilinos, de las amas de casa, de los que ahora son “con techo”, de los estudiantes “con cupo”, de los pobres que van a Barrio Adentro? ¿Debe el pueblo en unidad cívico-militar respetar que se deroguen las leyes y medidas que favorecen a las mayorías trabajadoras y acatar las que sacrificarán al pueblo y derrocarán a Maduro? ¿Respetará la derecha los derechos humanos y las libertades de prensa y reunión como reclama? ¿Lo ha hecho?
De ahí que requerimos posicionar la gobernabilidad revolucionaria, es decir la gobernabilidad con los órganos e instancias del Poder Popular. No se trata y nos parece desgastante exigir constantemente quitar y poner ministros como si el problema fuera tener un buen ministro y no un nuevo Estado. Y además se aprovecha para oportunismos nuevos y viejos que aparecen como mesías menos “rayados” o “quemados”. El problema no es un nuevo gabinete sino más bien consolidar instancias como los Consejos Presidenciales de Gobierno Popular que reúne a los sectores más avanzados del pueblo organizado por frente social y tomar decisiones con ellos. Se trata de que el Presidente Obrero aísle a la derecha y legisle con un Congreso Nacional del Poder Popular como expresión de un poder emergente, popular, democrático, nacional y revolucionario mucho más legítimo y defensor de la soberanía nacional frente a las pretensiones imperiales y sus 112 agentes de la CIA que estarán en el Capitolio.
Es inminente una condena revolucionaria a los pactos y llamados a coalición con sectores de derecha que permanentemente posicionan sectores del chavismo. En cada momento de crisis esa será una de las tendencias que construirán escenarios y condiciones para que Maduro negocie treguas a cambio de favores y relaciones con algunos sectores de la burguesía para romper el consenso burgués. Pero la verdad es que con cada pacto, la burguesía insiste en su plan, tiran la piedra y esconden la manito y solo logran fortalecerse mientras nuestro margen de acción se reduce y bajamos la guardia, quedamos maniatados y el pueblo percibe que no tiene quien asuma partido frente a la guerra empresarial contra el salario de trabajadores y trabajadoras. Es preciso insistir en que independientemente de las relaciones que aún se mantendrán con la empresa privada , no podemos volver a concertar o terminaremos diluyendo todo el acumulado que nos dejó el Comandante, a veces con acuerdos de buena voluntad pero también avanzando en desplazar a la burguesía de espacios estratégicos como la Fuerza Armada en 2002 y PDVSA entre otros.
Tenemos pocos días. Debemos acumular hacia un escenario que nos permita dar la batalla por la concreción del Programa-Plan de la Patria en la calle, con capacidad de presión popular y gobernabilidad desde el Poder Popular y en cierto momento, legitimarnos electoralmente para construir un nuevo consenso social a favor de la revolución y por tanto una nueva hegemonía, pero no será la derecha la que diga cuál es el momento y en qué condiciones. Es eso o es ceder y resistir en el terreno del enemigo hasta que nos aniquile.
Una Revolución socialista auténtica, tarde o temprano debe zafarse de los lastres del viejo estado burgués y la falsa democracia burguesa o este la asfixiará. Gobernar con los Consejos Presidenciales de Gobierno Popular y con el Congreso Nacional del Poder Popular. El pueblo lo entenderá si es para defender sus intereses y la FANB entenderá que no podemos venderles el país a los voceros del Departamento de Estado.
4- Avanzar en el control popular y revolucionario de la economía: Debemos desplazar cuanto antes a la burguesía de puestos estratégicos de la economía: a) De la producción, asumir la producción e intervenir fábricas y plantas que hayan incurrido en delitos obvios para ponerla bajo gestión estatal, comunal y popular. Impulsar la producción familiar, comunal y gran comunal para generar la base económica del nuevo poder del pueblo; b) Nacionalizar la importación de los bienes necesarios y reinvertir las divisas en mayor producción nacional. Es preciso dejar de importar algunos productos que pueden producirse en el país y usar las divisas para importar en inversión de parque industrial, tecnología y ciencia. Pero en el caso que sea necesario, no podemos seguir dejando en manos privadas la importación de bienes básicos, con divisas que van a parar a las cuentas bancarias en el exterior o que amparan las compras de especuladores que venden a precio de dólar paralelo; c) Transferir el poder fiscalizador a las comunas y consejos comunales y organizaciones populares bajo un marco de actuación y previa formación y registro con acompañamiento y seguimiento. No podemos bajo excusas burocráticas, seguir alimentando con funcionarios especializados fácilmente comprables un aparato de fiscalización que no incorpora al pueblo o lo desconoce. La Guerra Económica debe ser también una Guerra de Todo el Pueblo. d) Nacionalizar la banca, de forma de desarticular las mafias bancarias que captan los dólares, ahorros y dinero del pueblo; d) Generar un sistema de producción y distribución comunal y gran comunal que permita viabilizar la producción local; e) Fortalecer y profundizar la estrategia de los mercados comunales como solución al bachaqueo y la desregulación de la economía.
Hasta acá algunas ideas síntesis que pensamos nos permitirán transitar esta encrucijada hacia un escenario revolucionario. En muy breve tiempo debemos desenmascarar las verdaderas intenciones de la burguesía (en lo que parece no necesitan mucha ayuda en este momento), para que los incautos se den cuenta que no solo no solucionará ninguna cola, sino que irán contra las conquistas y reivindicaciones del pueblo humilde, para incrementar su caudal económico y oxigenar mundialmente al gran capital.
Tenemos una responsabilidad muy alta, no solo con Chávez, sino con la historia y la humanidad toda. ¡No Podemos Fallar! Frente a la falsa democracia burguesa, avancemos en la Democracia Popular y Revolucionaria!
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