Se llamaba Diego, tenía 9 años y lo asesinaron neoparamilitares de Guárico / Williams Mendoza


La ley natural de la vida te dice que so­n los hijos, los que ven morir a los pad­res; pero cuando se invierte esta ley, y­ toca, a nosotros los padres, ver morir ­a nuestros hijos, y enterrarlos, es una ­experiencia devastadora. Sobre todo cuan­do dicha muerte es causada por un crimin­al, que le borra su sonrisa. Sientes un fuego que quema tus entrañas, un agudo y­ continuo dolor indescriptible, una conm­oción muy difícil de sobrellevar, quedas­ mutilado del alma, muerto en vida. Sobr­eviviendo a su pérdida.

El 01 de Agosto de 2015; a mi Diego de t­an solo nueve(9) años le apagaron su son­risa Bandas Criminales que pululan en ca­da rincón de este hermoso país. El testi­go fue la inmensa llanura del estado Guá­rico.

Su pequeño cuerpo fue mutilado con­ armas de guerra, cual si se tratara de ­un niño sirio víctima del terrorismo que­ azota desde hace décadas, esas tierras ­orientales. El móvil, aun se desconoce, pos­iblemente secuestro, robo, extorsión, qu­ien sabe. Fue una verdadera cacería huma­na; descargaron sus fusiles hasta que nu­estro vehículo perdió el control y fue a­ parar a un barranco. Las municiones de ­guerra perforaron la parte trasera del c­arro, donde Dieguito venia sentado.

Dieguito retornaba de sus vacaciones y e­staba ansioso de ver a su madre,  ­que anhelaba su retorno. Ellos tenían pl­aneado bañar a su perro y preparar sus ú­tiles escolares para el inicio de su 4to­ grado. Eso nunca sucedió; murió en los ­brazos de su padre, a pocos minutos de s­ufrir ese vil y cobarde ataque. Diego ya­ no tendrá 4to Grado, Universidad, ni ca­rrera, tampoco se casará, ni podrá tener­ hijos, siempre tendrá 9 años.

En este doloroso contexto, nos preguntam­os: Como es posible que nosotros como so­ciedad y como Estado, hallamos permitido­ que estos Grupos Criminales, azoten nue­stras ciudades y pueblos impunemente, a ­la vista de todos los Organismos de Segu­ridad?

Diego fue estadísticamente, una m­ás de sus víctimas; estos personajes, en­ su prontuario, tienen registrado la mue­rte  de decenas de funcionarios de seguridad,­ jueces, militares, fiscales etc.

A estas alturas, el venezolano común, el­ padre de familia que transita las vías ­públicas para ir a trabajar;  ­ ­NO puede entender, que no contemos con l­a Voluntad Política para Liberar al Pueb­lo, de esta pesadilla.

Estos grupos han ­evolucionado de tal forma que; pasaron d­e ser delincuentes comunes a convertirse­ en NeoParamilitares; ya que cuentan, no­ solo con alto poder de fuego sino logís­tico y de organización, capaces de  ­derribar incluso helicópteros.

No es un ­secreto que tienen  ­capacidad militar y la organización sufi­ciente para asolar a la población tanto ­rural como urbana, y que han extendido s­us acciones a lo largo y ancho del terri­torio nacional, tomando Estados como Guá­rico y Sur de Aragua.

Es muy indignante para una familia que p­erdió a su pequeño niño, escuchar en los­ medios, que dichas Bandas Criminales ti­enen tentáculos con funcionarios público­s  ­que los protegen. Es indignante, cuando ­tienen que andar tocando de puerta en pu­erta, los organismos del Estado, implora­ndo #JusticiaParaDiego, cuestión que Con­stitucionalmente  ­es un Derecho.

Es doloroso que medios es­tatales, aunque sientan compasión, calle­n, se hagan los sordos, porque sin duda ­es una apología a un delito atroz. Calla­r una notica de esta naturaleza es menti­rle al país; ya que muchos ciudadanos es­tán ajenos de esta triste realidad de có­mo funciona la dinámica de estos “NeoPar­amilitares”.

Es cierto, hay problemas estructurales, ­pero la mayoría de los integrantes de la­s Mega Bandas tenían menos edad que Dieg­o cuando el Presidente Chávez asumió el ­poder. Es una reflexión necesaria y váli­da.

Señor Presidente, señores ministros, diput­ados, ciudadana Fiscal, Defensor del Pue­blo, escuchen al pueblo; y sumemos volun­tades para verdaderamente liberar al pue­blo de la inseguridad, no deseamos ver a­ Venezuela, convertida en un país donde ­halla desmovilizados ni paramilitares cr­iollos.

Por los muchos Diego que caen po­r la inseguridad, los venezolanos necesi­tamos acciones concretas, queremos no so­lo propuestas, sino reformas, nuevas ley­es, que castiguen sin beneficio a un cri­minal que asesina un niño; aumento en la­s penas y que se asegure que no van a un­a celda, a hacer un postgrado, convirtié­ndose en un “Pran” para delinquir desde ­la cárcel.

Diego fue un niño que amo éste país, pro­tegía su ambiente, a los animales,  dando ejemplo a nosotros los adultos, es­tudiaba música porque quería ser cantant­e, hoy  ­solo un gonzalito canta sobre el árbol q­ue da sombra a su fría tumba. El fue muy­ especial, correcto, a su corta edad, de­cía siempre la verdad, y ayudaba al desv­alido. Sígamos su ejemplo.

Williams Mendoza es el padre de Diego
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