El ministro del “reseteo económico”  / Perfil intelectual de Luis Salas


> El nuevo encargado de la cartera económica es un consumado bloguero y autor con postura crítica, además de docente



Victor Hugo Majano
Ciudad Ccs

El recién designado ministro de Economía de Venezuela, Luis Salas Rodríguez, no sólo es un docente desde las aulas de la Universidad Bolivariana de Venezuela donde dirige el Centro de Estudios de Economía Política, equivalente a una escuela en las universidades tradicionales. Salas, quien es sociólogo egresado de la UCV, se distingue por ser un excelente divulgador del tema económico: escribe muy bien y su lenguaje es accesible y completamente comprensible.

Además es decididamente prolífico: en los últimos dos meses publicó al menos 10 entradas mensuales en su blog Sur-versión. Y son notas con varios miles de caracteres y que van más allá de la simple opinión.

El sitio, iniciado en febrero de 2009 cuando cursaba el Magíster en Sociología del Desarrollo por la ELAP y UARCIS, en Santiago de Chile, reúne artículos de divulgación económica, referidos al explicar fenómenos y procesos del área. Contempla notas conectadas con eventos de actualidad y orientadas a su interpretación.

Asimismo Salas, quien tiene 39 años, es el conductor de un programa de radio sobre economía, Econonuestra, que se transmite los días martes de 5:30 a 6:30 pm por La Radio del Sur, y que es escuchado no sólo en Venezuela sino también en varias naciones suramericanas. En dicho espacio también se habla sobre las dificultades económicas, pero se mantiene un lenguaje completamente accesible.

Esa capacidad divulgativa convirtió a Salas en el principal “teórico” de la guerra económica. Sus notas y luego sus libros, como las “22 claves para entender y combatir la guerra económica”, le dieron algún sustrato conceptual al término que se usaba ampliamente desde finales de 2013.

En este texto, de rápida y sencilla lectura, explica que la “guerra económica” integra la manipulación y el sabotaje de los medios “económicos” , y agrega que el fin último de la guerra económica emprendida por la burguesía parásita es la consolidación de las condiciones sociales de reproducción y explotación de los grupos concentrados, transnacionalizados, mafiosos y especulativos sobre la sociedad, lo cual pasa por la derrota del Gobierno, pero también por el aplastamiento de cualquier iniciativa popular y ciudadana de oponérsele.

El documento, recién “decubierto” por los medios y voceros de la burguesía tras la decisión presidencial, ha causado tal impacto por el mero hecho de que cuestiona y desmonta el concepto de inflación. Al respecto precisa que es “una operación de transferencia de los ingresos y de la riqueza social desde un(os) sector(res) de la población hacia otro(s) por la vía del aumento de los precios.
En lo fundamental, esta transferencia se produce desde los asalariados hacia los empresarios, pero también desde una fracción del empresariado hacia otra fracción de los mismos.”

La afirmación ha encendido las alarmas entre analistas económicos, pues expone descarnadamente que los ajustes de precios son un mecanismo de robo y que la inflación se usa como herramienta de lucha política para presionar a gobiernos, imponer intereses o, simple y llanamente, conspirar desesperando a la población”.

De hecho, sin titubeos, afirma que “la inflación no existe en la vida real, esto es, cuando una persona va a un local y se encuentra con que los precios han aumentado, no está en presencia de una “inflación”. En realidad, lo que tiene al frente es justamente eso: un aumento de los precios…”

Más adelante, en la clave 8, asegura que “la clase empresarial” venezolana es una clase vividora y malcriada que a lo largo del tiempo se convirtió en un tumor económico que vive y subsiste de la renta petrolera y la expoliación del salario de los trabajadores y trabajadoras a través de la especulación.”

Asimismo advierte que “los ingenieros de la guerra económica conciben la sociedad como una manada de potenciales salvajes que cuando las cosas se tuercen un poquito, se atacarán entre ellos. Es la teoría de la pelea de perros aplicada a la economía.”

Postura crítica

La posición de Salas Rodríguez se ha caracterizado por ser decididamente crítica para ciertos sectores dentro del chavismo que conciben que “la única manera de salvar la revolución es sacrificando todas aquellas cosas que la hicieron tal, la única manera de luchar contra el capitalismo y los poderes imperiales es cediendo ante sus exigencias y condiciones.”

Así, durante el llamado congreso económico del PSUV realizado el pasado 15 de diciembre, su postura se diferenció de quienes afirmaban que no existía una guerra económica, tal como lo reveló el propio presidente Nicolás Maduro en su discurso conmemorativo de la muerte del Libertador Simón Bolívar, en el Panteón Nacional. “Se atreven a decir que en Venezuela no ha habido guerra económica, lo leí. Hasta allí llega la confusión”, precisó.

La designación de Salas y de otros ministros, parece indicar que Maduro se inclinó por las tesis de la existencia de una conspiración, sintetizadas por el Mandatario como el desarrollo de una “precisa, contundente y abarcadora Revolución Económico-Productiva”.

En todo caso en el gabinete económico reformulado se mantienen dos de los ministros (Eulogio del Pino en Petróleo y Marleny Contreras en Turismo), y quien fungía como jefe de la política económica (Rodolfo Marco Torre), aunque en otra posición.
Cabe precisar que ya Salas había estado muy cerca del jefe de Estado en un intento previo de revisión de la política económica, junto al sociólogo zuliano Antonio “Tony” Boza, definido por el Mandatario como “el economista popular”.

Durante los primeros meses del año pasado Salas y Boza participaron en un plan de asesoría directa al jefe de Estado, que finalmente se diluyó hacia mediados del mes de mayo, mientras se mantenían políticas que otorgaban a los importadores y comerciantes la fijación de los precios, según una providencia de la Sundde (057/2014).

La crítica desde el propio chavismo a esta política fue abierta e incluso varios artículos publicados en el semanario del PSUV, Cuatro F, así lo reflejaron.

Hasta que finalmente el Presidente exigió modificar la política y advirtió que la ley de precios había sido burlada e infiltrada, lo que evidenciaba las diferencias de criterio sobre el tema.

Y aunque la reforma a la ley y a la política se efectuó, se mantuvo en los productores e importadores la facultad de fijar los precios conforme con unos criterios contables, al tiempo que se segmentó la tasa de ganancia y se limitó la de comercialización.

De allí que la designación de Salas, tras la derrota del 6D, indica que la política económica apuntará a reivindicar en forma nítida el programa chavista de construir una alternativa al capitalismo.

Sólo cuatro días antes de su designación Luis Salas publicó en su blog Sur-versión sus recomendaciones de comienzo de año para la política económica, caracterizadas por la necesidad de ofrecer signos de un “reseteo económico”. Y todo indica que eso ha ocurrido, pues los tres puntos propuestos han sido acogidos por el jefe de Estado:

1) Reunificar el sistema económico y colocarlo bajo una sola estructura de mando: economía, hacienda, producción (industrial y comunal) y comercio.

2) Remover y modificar el gabinete económico, apostando por cuadros con solvencia ética, moral y revolucionaria.

3) Promover banderas claras de un gobierno económico socialista.

Y, aunque en el nuevo gabinete no todos tienen criterios similares, lo que reconoció el Presidente, por lo que que pidió no temer al debate, también dejó en claro quién es el jefe de la política económica.
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