Angel Coromoto Rodríguez, de 61 años, a la izquierda del presidente del parlamento venezolano |
Ambas oficiales, y otras compañeras suyas, quienes sin portar armas de algún tipo y protegidas solo por un equipo básico de seguridad, custodiaban –preventivamente- la avenida Libertador de Caracas, céntrica zona del Municipio Bolivariano Libertador al que los manifestantes que se atribuyen el término de “pacíficos” no debieron ingresar para ejercer acciones de calle, por no poseer la autorización que en tal sentido emite la alcaldía citadina.
Además de fungir como el contacto con quienes violaron la orden municipal central, Comisario fue quien les pagó para que alteraran el orden público, maniobra denunciada reiteradamente por dirigentes de la Revolución Bolivariana y con sangrientos antecedentes en la historia que registra el sector opositor extremista de la derecha en los últimos 17 años, dirigida a derrocar el proceso de cambios iniciado por Hugo Chávez en 1998 y que ha continuado Nicolás Maduro luego de ganar las elecciones en 2013, a raíz del deceso del primero.
La revelación del rol jugado por Rodríguez -en esta ocasión- fue producto de la confesión de quienes atentaron contra las uniformadas, capturados en horas de la noche de la misma fecha en el este de la ciudad, sector políticamente dominado por elementos contrarrevolucionarios. Los apresados son: Jheremy Bastaro, Daniel Morales, Luis Theis, Romer Moreno, Deivis Hernández, Richard Rondón Jeferson Araguache.
Su mención, por parte de los aprehendidos, direcciona a hurgar en su pasado y a inevitablemente toparse con un prontuario reñido con el respeto a los derechos ciudadanos.
Pupilo de Israel y Estados Unidos
“El nuevo presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, tiene como jefe de seguridad personal a uno de los torturadores de la Cuarta República. Se trata de Ángel Coromoto Rodríguez, alias Comisario”, reseña un trabajo publicado el 22 de enero de 2016 en el diario Ciudad Caracas.
Además de sus nexos actuales con el citado asambleísta, la relación de Rodríguez con el partido de derecha, Acción Democrática (del que Ramos Allup es Secretario General), es de muy vieja data, pues, también fue guardaespaldas del igualmente acciondemocratista Carlos Andrés Pérez, dos veces expresidente de la República. La primera entre 1973 y 1978. La segunda entre 1989 y 1993, año en el que la entonces Corte Suprema de Justicia lo destituyó al ser partícipe de hechos de corrupción administrativa.
"Coromoto" fue el más cercano guardaespalda de Carlos Andrés Pérez |
Los vínculos de Rodríguez con la tortura política, emergieron de voz “del diputado del Bloque de la Patria, Diosdado Cabello, durante su programa Con el Mazo Dando”, agregó el rotativo metropolitano, que –siempre citando a Cabello- anexó: “Por la AN se pasea un exfuncionario de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), quien está señalado como torturador en los años 70”.
De acuerdo a la publicación capitalina, Cabello “explicó que Coromoto Rodríguez tiene 57 viajes al exterior (…) recibió entrenamiento en Israel y Estados Unidos” pero, curiosamente, “no tiene ningún expediente en los cuerpos de seguridad” no obstante haber sido miembro de la desaparecida Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención, Disip.
Contradictoriamente, pero nada extraño en el mundo de la política nacional, el personaje “sapeado” por los revoltosos presenta un perfil con particularidades asociadas a la izquierda moderada. “Era era el amanuense y chofer del secretario general del MAS en la región, el abogado Germán Lairet”, indicó para el portal Aporrea.org, el articulista Miles Useche (quien dice ser vecino suyo) en un trabajo fechado el 13 de octubre de 2011 y titulado Cap: retazos de la sepultura del insepulto.
Valga acotar que MAS son las siglas del partido Movimiento Al Socialismo, fundado en 1971 por disidentes del Partido Comunista de Venezuela.
“Amigo” de la electricidad y el submarino
Entre las víctimas del aludido está quien fuera dirigente de izquierda, David Nieves, perenne perseguido político durante las décadas de los años 70 y 80, y quien gracias a una abrumadora votación popular logró salir de la cárcel en 1983. El respaldo electoral le valió entonces una curul en el extinto Congreso Nacional.
“Yo supe que él era una de las personas que participó en las torturas que a mí me infringió la policía”, declaró Nieves a Ciudad Caracas, quien admite que jamás logró verlo ya que “cuando me torturaron a mí me vendaron los ojos”, pero quien no duda de su victimario luego de recordar “las conversaciones que escuchaba y las investigaciones a lo largo de los años”.
Según Nieves, “Coromotico” (como le decían en sus años juveniles, de acuerdo a Millán) ejerce de forma paralela al Capitolio otro rol vinculado a la seguridad, pues, regenta una agencia con esas características en el estado Aragua, al centro del país.
El expreso político lo recuerda, entre otras cosas, por tener en la electricidad una afición especial como elemento de agonía y tortura contra los presos.
El submarino, que es cuando “le introducen al torturado la cabeza en agua y muchas veces lo hacen en una poceta, y ahí uno se vomita cuando se está ahogando y encima de ese vómito te vuelven a meter la cabeza”, fue otra especialidad en el menú del señalado, precisó Nieves.
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