Pero, además, tuve el gusto de darle clase en el 2011 y en el 2012 donde destacó como un tipo de estudiante que está en franco proceso de extinción, y digo esto porque Gisella, gracias a su amplia manera de ver el mundo y su sagaz crítica, era capaz de darte una mano para felicitarte por una buena clase y con la otra mano darte una palmadita en la espalda para decirte que todo debe ser mejorado, exigir más en su profundo entendido de una educación con problemas que debe ser redimensionada; ese es el tipo de estudiante que necesitamos, aquel estudiante que producto de su propia reflexión es capaz de levantarse ante las injusticias, exigir todo lo necesario para afrontar un mundo donde la humanidad debe ser más humana, esa era Gisella con su mirada perspicaz y su verbo preciso.
A Gisella le gustaban todos los temas donde la conciencia se hiciera presente, no rehuía ningún debate, sabía exponer sus ideas con soltura y sólido conocimiento cultural de su realidad, la de aquí por tantos años de vivencia y la chilena por no perder sus raíces latinoamericanas.
A Gisella no le gustaba tragarse una palabra de favor de alguien, no la gritaba, con pausado tino era capaz de hacerse escuchar y revelar su solidaridad con las causas más valiosas de la humanidad.
Gisella ya no tendré más en mi bandeja de mensajes recibidos, pero tu alerta para un mundo mejor no se apagará y tu recuerdo, tu fuerza y tu ejemplo se queda con nosotros.
Prof. ULA José Alberto Escalona Tapia.
LA LUCHA SIGUE
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