"El pueblo no quiere que Maduro sea pueblo sino que sea Presidente"

El "Análisis de Entorno Situacional Político" que elabora Nestor Francia advierte hoy, desde el chavismo,  sobre "el hecho de que estamos perdiendo la batalla mediática" tras examinar los resultados de las elecciones de alcalde en San Cristobal y en San Diego.
El controversial analista destaca con fuerza que "mientras seguimos llevando el palo mediático parejo, nosotros nos desgastamos en una intensa campaña para decir que “Maduro es pueblo”."
Y agrega que "el pueblo no quiere que Maduro sea pueblo, sino que sea Presidente, un presidente eficiente que resuelva los problemas."
Este es el texto completo de su evaluación.

El dirigente socialista Jorge Rodríguez hizo lo que todo político ha de hacer: tratar de morigerar los efectos de las derrotas en la opinión pública, enarbolando argumentos que actúen como paliativos o que inclusive puedan asomar algún viso de victoria parcial.
De allí que Rodríguez haya comentado, tras las victorias opositoras en San Diego y San Cristóbal que “Todos debemos leer en estos resultados la lección que le dan a los factores políticos”.

Muy bien, pero solo habló de lecciones para la oposición, en el sentido de que los resultados habrían demostrado que la “única forma de acceder al poder” en Venezuela es a través del voto. La única forma constitucional, acotamos nosotros, ya se demostró en 2002 que hay otras maneras, y se demuestra a cada rato en el mundo. También Rodríguez repite el discurso consolador de que “quien ganó fue la democracia”. Bien, ya hemos dicho que es lo que un dirigente político suele hacer en
estos casos, no lo estamos criticando.

Pero esperemos que por algún milagro esté pensando en sus adentros que también se nos ha dado lecciones a nosotros, acaso mucho más importantes que la supuesta lección que se le dio a la oposición (lección que este alumno díscolo que es la derecha nunca ha terminado de aprender).
Ya desde antes de las elecciones municipales de ayer, se les había otorgado un carácter plebiscitario. Por ejemplo, el vocero opositor John Magdaleno había dicho que las mismas no eran “sólo por los cargos que quedaron vacantes después de las destituciones... Fundamentalmente va a ser una manifestación del nivel de rechazo o el desinterés tácito que podrían haber generado estas medidas (de destitución y juicios a los alcaldes)”. Y también: “Si la votación es abultada a favor de las candidatas de oposición, el mensaje de rechazo será evidente... Pero si por otro lado se produce más bien una alta abstención, eso nos estaría comunicando que todo esto ha tenido un impacto negativo a lo interno de la propia oposición”.

Uno de los principales promotores de la violencia fascista, Leopoldo López, había aseverado que “San Cristóbal y San Diego le van a decir a la Dictadura que rechazamos sus arbitrariedades, su represión y sus injusticias... Hoy, aunque no le guste a la Dictadura, Daniel Ceballos y Enzo Scarano seguirán siendo alcaldes. Vamos a hacer respetar la Voluntad Popular... Les pido que alcemos nuestra voz y hagamos de cada voto un grito exigiendo la libertad de Enzo y de Daniel”.
Inclusive, el candidato del PSUV a la alcaldía de San Cristóbal, Alejandro Méndez, había decretado el plebiscito: “La gran parte del pueblo rechaza la violencia. Y será el 25 de mayo cuando los sancristobalenses decidan votar por la paz o por la violencia”.

El tema no es que los opositores hayan ganado en ambos municipios, cosa que ya se sabía que iba a suceder, si no la forma en que lo hicieron. Nosotros, que no somos dirigentes políticos sino analistas, vamos a decirlo sin ambages: hemos sufrido derrotas por la calle del medio en San Diego y San Cristóbal, derrotas de repercusión nacional.
En primer lugar, la participación de electores fue alta, prácticamente tanto como en las elecciones municipales de 2013 (En San Diego: 66, 74% en 2013, 63% en 2014; en San Cristóbal: 60, 53% en 2013, 59% ayer). Es decir, la base social de la derecha, incólume, salió otra vez a votar masivamente por sus representantes, lo cual debería alertarnos en cuanto a lo que puede pasar en las parlamentarias de 2015 (aunque el sistema de circuitos nos volverá a ayudar, menos mal) y mucho más de cara a un probable revocatorio en 2016.
Pero además las dos opciones opositoras aumentaron notablemente sus porcentajes de votantes en comparación con 2013. Patricia Gutiérrez obtuvo 73, 62%, contra 67,16% de Daniel Ceballos el año pasado ¡casi 6 puntos porcentuales más! Y Rosa de Scarano se alzó con 87,69 % contra 75, 24% de su esposo en 2013 ¡casi 12 puntos más!

¿Será que la dirigencia revolucionaria hará un análisis crudo y no complaciente de lo ocurrido? Ojalá así sea, pues nos parece imprescindible ¿Significan los resultados que la gente de esos municipios respalda las guarimbas? Todos los estudios de opinión dicen lo contario ¿Entonces, porque votaron por las opciones guarimberas?

En la película “The American President” (“Mi querido Presidente”), el presidente estadounidense Andrew Shepherd (Michael Douglas) opina sobre un asunto que ha tratado su rival electoral Bob Rumson (Richard Dreyfuss) y dice: “yo pensaba que él no lo entendía, pero lo que realmente pasa es que no lo sabe”. Es una sutil pero decisiva diferencia. No se trata de que los electores no entiendan que están votando por los guarimberos, es que no lo saben. Piensan que están votando contra el Gobierno. Y eso no significa otra cosa que el hecho de que estamos perdiendo la batalla mediática.

La gente ha sucumbido a la falsa matriz que diferencia a los “estudiantes” de los guarimberos. Del mismo modo está siendo manipulada para que los actos de justicia sean identificados con represión. En San Diego y San Cristóbal, Vicencio Scarano y Daniel Ceballos aparecen como víctimas y no como victimarios. Y aun más sus esposas, dos “pobres mujeres que han sido privadas de sus maridos y que valientemente ocupan sus lugares” ¡Vaya manipulación exitosa!

Y mientras seguimos llevando el palo mediático parejo, nosotros nos desgastamos en una intensa campaña para decir que “Maduro es pueblo”. Nosotros honestamente creemos que el pueblo no quiere que Maduro sea pueblo, sino que sea Presidente, un presidente eficiente que resuelva los problemas. Nadie duda la manera denodada, honesta, sensible, entregada en que nuestro presidente trabaja sin descanso.
Pero eso no basta. Por una parte tendrá que haber resultados, por supuesto, pero además hacerlos claramente visibles si los hay. Por otro lado, cómo nos está haciendo falta una comunicación combativa, esclarecedora, menos reiterativa y más creativa, más estremecedora. Ya en análisis anterior pusimos un ejemplo claro de cómo la canalla mediática nos da en la madre: en el mismo momento en que francotiradores asesinaron cobardemente a un policía e hirieron a otros dos mientras limpiaban barricadas, la gran noticia fue el desmantelamiento de los campamentos fascistas, haciéndolo ver como una acción represiva contra los “estudiantes” ¿Cuándo nos daremos cuenta de que nos están venciendo en el principal frente de batalla de la Guerra de Cuarta Generación? ¡No hay peor ciego que quien no quiere ver!

Hubo también elecciones en Colombia, estas presidenciales, con el resultado previsto de que habrá segunda vuelta entre Zuluaga y Santos, con un resultado difícil de proyectar. En realidad, ninguno de los dos ganadores tuvo la preferencia del pueblo colombiano, pues ninguno alcanzó ni siquiera el 30% de los votos, en medio de una abstención superior al 60%. Pero resultados son resultados, habrá que esperar.
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