Estaba evitando pensar en que ya es 1ero. de diciembre, pero Vicky Ramírez me hizo comprender que lo correcto es expresar "lo que dice el corazón" cómo siempre actuábamos, dejándonos llevar por los impulsos más que por razones lógicas.
Éste es el mes que esperábamos con tanta emoción, pensándo en lo que haríamos para estas fechas y comenzábamos a repartirnos las respectivas tareas, hablábamos para decidir el menú, se preparaban las carticas al Niño Jesús, planeabamos con quien compartiríamos tanto la noche de navidad como la del año nuevo.
Entre lo que solíamos hacer y claro, algo que no podía faltar! las ídas a la misa de gallo de la iglesia del pueblo de San Antonio de Los Altos, el compartir un trozo de queso, galleta, un pastelito, chocolate caliente, etc.. después de la ceremonia y con los vecinos de los que en la mayoría de los casos desconocíamos hasta sus nombres, nos encompinchábamos con mi comadre Mercedes Coromoto Escobar y sus dos hijos Luis Vilchez y Ruth Vilchez (mi ahijada) y nos íbamos nosotras tres; tú, tu hermana Yleana Urquiola y ellos; bueno, casi siempre contagiábamos de entusiasmo a algún acompañante de turno para la "esperada excursión madrugonera" tipo 4 a.m., con el frío parejo y el alma tibia llena del regocijo.
Por lo general después de ésta aventura matutina me tocaba bajar a Caracas por exigencias laborales, pero era imposible tener un combustible para el espíritu más potente que ese que me alimentaba desde el momento de salir de casa, el trayecto de ida al pueblo caminando, la vivencia de la misa, el cantar u oir los aguinaldos, hasta el gozar de la generosidad de aquel "vecino sin nombre" que mostraba su cara más amable del año; lo he dicho muchas veces antes y lo sostengo "éramos felices y afortunadamente sí lo sabíamos", lo comentábamos y dábamos gracias a Dios por ello, no poseíamos riquezas, sin embargo éramos absolutamente acaudaladas porque teníamos todo lo que nos hacía felices.
En la misma onda navideña siendo ya ustedes adolescentes, formábamos aquellos inolvidables grupos de "parranda", visitábamos llevando esa alegría cada noche y hasta la madrugada a todo aquel que se atreviese a darnos un ápice de confianza para ello, entre el grupo de "parranderos" los que no faltaban nunca o casi nunca eran:
LOS GUTIÉRREZ:
Freddy Argimiro Gutiérrez Fassano, Cipriano Gutierrez, Ramón Gutiérrez Diego Gutierrez
Sus Padres: Elizabeth y Freddy
LOS REYES:
Eduardo Reyes, Daniel Reyes Benjamin Reyes, Ezequiel Reyes
Sus Padres: Letty y el Sr. Reyes
LOS DELGADO:
Jose Francisco Delgado Paiva José Ignacio Delgado, José Alejandro Delgado, Jesus Gerardo Delgado Paiva
Sus Padres: Marinela y José
LAS PEÑA
Carolina Peña, Daniela Peña
Su Padre: Edgar Peña
Además una compañera infaltable:
Angie Andreína Morillo Marquez
Adrianita, sé que desde donde estás tú lo recuerdas al igual que yo con cierta nostalgia, porque ya de mujer grande lo rememorábamos y hasta añorábamos, no podrían dejar de mencionar en éste relato a sus maestros o profesores ya fuese en la escuela de música Fundacec del Picacho, donde algún compañero del liceo Egui Arocha o en "casa de cualquier víctima" una merecida referencia de ellos; Orlando Paredes, Edgar Peña, Alexander Lobo, Santiago Key y Daniel Gil, maestros y amigos de esa belleza de juventud que formamos y forjamos con gran esfuerzo, amor y responsabilidad estas familias.
Para este año ya dialogábamos que tan diferente y especial sería, sin duda aún más; ya que tú ya serías madre, tu hermana tía y yo abuela y aunque Alex Adrian fuese muy pequeño seguro ya estaríamos preparando su primera "carta al Niño Jesús", guao hija, como duele!
Hija considero que dejaste un legado en éste mundo digno de resaltar como ejemplo para nuestros niños, jóvenes y adultos, eso me mantiene hinchada de puro orgullo, acepté que te tenías que ir más temprano que yo.
También siento que tengo un serio compromiso contigo, el de retomar mi vida y ser feliz, entonces quiero que sepas que eso lo voy a cumplir, busco sustituir a diario, los afecto que ya no están, planear una navidad por primera vez sin mis dos hijas; una no está en el pais y la otra ya no está en este plano, debo aceptar que tu hijo; mi nieto no era para ésta tierra, luego busco a mi nieto y a tí, en quienes Dios tenga a bien acercarme en la vida; en ellos deposito ese amor tan profundo, aunque el que siento por tí y por tu hijo es un "AMOR ETERNO" ese que trasciende los mundos.
Hija no sé si en el cielo hay navidad, más bien creo que allá están en navidad perenne, sé que a tí te encantaba la tradición del "Niño Jesús" y decías que con tus hijos las practicarías, pero si Alex Adrian está allá contigo y con Dios cómo pedirle más a ese Niño?, no sé si tengo que desearles Feliz Navidad, porque sé que allí están en felicidad perpétua, entonces sólo me queda como siempre mi "AMOR ETERNO" decirte: " Que Dios te bendiga hija y también a Alex Adrian" aunque obviamente sé que al lado del creador ustedes son bendecidos hasta el infinito.
Te extraño y estaremos bien, es una promesa. Te amamos
Manuela Pérez
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